Primer estudio que demuestra la seguridad de las terapias celulares a nivel biológico

Un estudio publicado en la revista Cartilage (Study of Telomere Length in Preimplanted Cultured Chondrocytes) demuestra que las células cultivadas in Vitro y que posteriormente se implantan para tratar las lesiones de cartílago articular son de la máxima calidad y no son senescentes, es decir, no han envejecido en términos de edad telómérica. La investigación, financiada por la Fundación Dr. Pedro Guillén, se ha realizado con muestras de pacientes implantados en Clínica CEMTRO cultivadas por la Unidad de Terapia Celular Amplicel.

El principal miedo que presenta esta terapia es que el tejido de origen se manipula para obtener células que se convertirán en un medicamento después de varias divisiones in Vitro

La Terapia celular utiliza la célula como medicamento en lugar de fármacos u otras herramientas para tratar a los pacientes. El principal miedo que presenta esta terapia es que el tejido de origen se manipula para obtener células que se convertirán en un medicamento después de varias divisiones in Vitro. “Al ser células creadas en el laboratorio, tenemos que estar muy seguros de que durante su proliferación y manejo no se alteren sus características teloméricas y no se conviertan en perjudiciales, por ejemplo cancerígenas”, asegura el Dr. Pedro Guillén, Jefe de Traumatología de Clínica CEMTRO y uno de los autores del estudio.

Los telómeros son estructuras especializadas situadas en los extremos de los cromosomas, que los protegen de posibles fusiones y de su degradación, con lo que se garantiza la estabilidad de los cromosomas y la viabilidad de las células. No obstante, los telómeros sufren un acortamiento progresivo asociado al proceso de división celular, ya que el ADN que forma los telómeros no es replicado de manera completa.

El acortamiento de los telómeros secundario a la división celular está relacionado con la senescencia celular (envejecimiento de las células) y los telómeros menores de 4 kbp pueden considerarse como telómeros críticamente cortos. Esta circunstancia es lo que ha llevado a los investigadores de Amplicel a analizar y contrastar la longitud telomérica en muestras de células aisladas de cartílago en pacientes a los que se les iba a realizar un implante de condrocitos autólogos para el tratamiento de lesiones de cartílago articular.

Esta técnica, patentada por el Dr. Pedro Guillén, supone el único tratamiento que puede regenerar el cartílago articular en lesiones focales, que aparecen en el 12% de la población y hasta el 33% de los deportistas

Este estudio, desarrollado con la Tecnología de Análisis de Telomeros TAT (Life length), representa el primer intento de responder a este miedo sobre el uso de la Terapia Celular”, afirma el Dr. Juan Manuel López-Alcorocho, principal autor de esta investigación y Director Científico de la Unidad de Terapia Celular de Amplicel que ha analizado las células del cartílago articular en el proceso de implante de condrocitos autólogos (ICC). Esta técnica, patentada por el Dr. Pedro Guillén, supone el único tratamiento que puede regenerar el cartílago articular en lesiones focales, que aparecen en el 12% de la población y hasta el 33% de los deportistas.

El implante de condrocitos autólogos ha demostrado un buen control sintomático y la recuperación funcional de la articulación en más del 80% de los casos”, indica el Dr. Guillén. Es decir, ya se ha comprobado la efectividad de la técnica medida por la percepción subjetiva de los pacientes sobre la funcionalidad de su rodilla, tobillo o cadera. Sin embargo, gracias a este estudio, se ha demostrado también que las células no envejecen al ser multiplicadas en el laboratorio y que continúan produciendo cartílago hialino, es decir, son de muy buena calidad.

Los condrocitos de los pacientes incluidos en el estudio se cultivaron durante un tiempo medio de 45,67 días en los que se realizaron 3 pases, siendo 10,04 el número medio de divisiones celulares que se produjeron durante el periodo de cultivo. Las células cultivadas tienen una capacidad limitada para dividirse y cuando se alcanza este límite, llamado límite de Hayflick, las células se vuelven senescentes. Ese fenómeno, en el cual el límite ha sido sobrepasado, es en muchos casos el paso clave para la transformación maligna de las células que es una disfunción de los telómeros que permite que las células se dividan indefinidamente e incontrolablemente. En el caso de los condrocitos, está documentado que estos eventos que conducen a las células a la senectud ocurren incluso antes y pueden alcanzarse justo después de 30 o 35 duplicaciones poblacionales. Los resultados encontrados en los condrocitos de este estudio indican que no han sobrepasado el límite de Hayflick y por lo tanto no son senescentes, ya que tuvieron una media de 10.04 divisiones celulares. Estos resultados son lo suficientemente consistentes como para extrapolarlos, con alto grado de certeza, a los condrocitos cultivados y luego implantados.

La senescencia replicativa se acompaña de un acortamiento de los telómeros y está relacionada con enfermedades degenerativas como la osteoartritis. Los resultados de este análisis indican que la longitud de los telómeros para las células implantadas es lo suficientemente larga como para pensar que no han envejecido desde este punto de vista. Por lo tanto, de este estudio se concluye que los condrocitos cultivados para la implantación no son senescentes y se demuestra por primera vez que el uso de condrocitos cultivados en laboratorio para tratamientos humanos no acarrea riesgos de malignización o envejecimiento precoz, desde el punto de vista de la edad cromosómica.

“Esta investigación supone el primer paso para demostrar la seguridad de las terapias celulares a nivel telomérico, y anima al desarrollo e implantación de las terapias celulares como un posible medicamento para el tratamiento de muchas enfermedades, hasta ahora incurables, de forma eficaz y segura”, concluye el Dr. López-Alcorocho.

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