ASPE considera que la reforma europea del IVA es una oportunidad para actualizar el gravamen de los productos

La Comisión Europea ha propuesto la reforma y simplificación del sistema actual del IVA en el conjunto de los países de la Unión Europea. La propuesta presentada consiste en aumentar la flexibilidad del sistema y permitir a los Estados miembros decidir qué tipo de productos se beneficiarán de los tipos reducido y superreducido.

En España se aplica el tipo reducido del IVA (10%) a todos aquellos productos sanitarios que por sus características estén diseñados para aliviar deficiencias, para uso personal y exclusivo de personas que tengan deficiencias físicas, mentales, intelectuales o sensoriales, como es el caso de las gafas o lentillas, los medidores de glaucoma, las muletas, los andadores, las prótesis, etc.

Sin embargo, ASPE ha denunciado en varias ocasiones que, desde el año 2015, existen numerosos productos sanitarios que son utilizados por los centros médicos para su actividad y a los que se les aplica el tipo general del 21%, lo que según sus cálculos ha provocado un incremento de sus gastos en torno al 4-5%, debido a que los servicios sanitarios están exentos del impuesto. Entre estos productos, encontramos todos aquellos destinados al diagnóstico y tratamiento de enfermedades, como por ejemplo, los aparatos de rayos X, las jeringuillas, las vendas, los productos para la reducción del dolor, etc.

ASPE considera que la propuesta presentada por la Comisión Europea es una oportunidad para que las autoridades españolas lleven a cabo una actualización de la relación de productos a los que les son de aplicación los tipos reducidos de IVA. Asimismo, sería buen momento para incorporar todos aquellos productos que se utilicen para el tratamiento ambulatorio u hospitalario de pacientes, con independencia de que su función sea el diagnóstico o el alivio de deficiencias en las personas. Al fin y al cabo, se trata de productos básicos, de primera necesidad, a los que se les debería aplicar el IVA reducido.

Desde la patronal se continuará defendiendo esta idea, más aún en estos momentos en los que la Comisión Europea contempla la posibilidad de ofrecer mayor capacidad de decisión a los Estados miembros. Hay que recordar que la subida de IVA que se produjo en 2015 no sólo afecta a hospitales y clínicas, sino a todos los eslabones de la cadena que, en mayor o menor medida, contribuyen al bienestar del paciente.

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