Las células beta localizadas en los islotes de Langerhans son las encargadas de segregar la insulina. Esta hormona se encarga de bajar los niveles de glucosa en sangre. Las personas que presentan diabetes autoinmune (tipo 1) sufren un rechazo de sus células beta; las cuales no son reconocidas por el propio organismo que las ataca. Esta respuesta autoinmune destruye las células beta, imposibilita la producción de insulina y da lugar a hiperglucemias.
Junto a las células beta, se encuentran las células alpha. Las células alpha están relacionadas con la producción de glucagón. El glucagón produce el efecto contrario a la insulina aumentando los niveles de azúcar en sangre. De esta manera se regula la glucemia.
A partir de células alpha, se han conseguido restablecer las células beta en ratones con diabetes tipo 1 y en islotes pancreáticos humanos trasplantados en ratón.
Un artículo publicado por científicos de la Escuela de Medicina de la Universidad de Pittsburgh y de la Universidad de Chicago en la revista Cell Stem Cell , explica como a partir de células alpha, se han conseguido restablecer las células beta en ratones con diabetes tipo 1. Pero también en ratones donde se trasplantaron islotes pancreáticos humanos con diabetes tipo 1. En ambos casos, la diabetes tipo 1 fue previamente inducida mediante una toxina.
Para reprogramar las células alpha en beta se emplean virus como vectores para insertar secuencias genéticas. Tras el proceso, se restablece la euglucemia durante un periodo de cuatro meses
Para reprogramar las células alpha en beta, estos investigadores, entre los que están Xiangwei Xiao y George K. Gittes, emplean virus como vectores para insertar en las células alpha, secuencias genéticas de expresión de Pdx1 y MafA. Tras el proceso, se restablece la euglucemia (niveles de glucosa normales) durante un periodo de cuatro meses.
Los resultados de esta investigación acercan nuevas opciones para el tratamiento de la diabetes autoinmune de tipo 1.
..Io Almagro
