Hasta un 20% de pacientes con cáncer tiene que modificar o suspender su tratamiento por complicaciones cardiovasculares

Los avances en la detección precoz y el tratamiento del cáncer han reducido significativamente la mortalidad de los pacientes oncológicos. Sin embargo, se sabe que los tratamientos onco-hematológicos pueden triplicar el riesgo de eventos cardiovasculares a medio y largo plazo. Tanto es así que hasta un 20% de los pacientes oncológicos tienen que modificar o suspender su tratamiento por complicaciones cardiovasculares, y es que este fue uno de los temas expuestos en la mesa ‘Manejo multidisciplinar de largos supervivientes de cáncer’ celebrada en el marco de eCardio18, el II Congreso Virtual de las Sociedad Española de Cardiología (SEC) que, del 12 al 16 de febrero se ha celebrado y se ha emitido íntegramente online a través de la web ecardio.es.

Tal y como recoge un comunicado emitido por la Sociedad Española de Cardiología, en palabras de la moderadora de la sesión y miembro de la SEC, la Dra. Teresa López Fernández, en este tipo de pacientes, “las complicaciones más frecuentes que presentan son la insuficiencia cardiaca, las arritmias y la enfermedad coronaria precoz”, además, añade que uno de cada tres pacientes desarrollará complicaciones cardiovasculares, siendo éstas más frecuentes en pacientes de más de 65 años y con factores de riesgo cardiovascular o cardiopatía previa.

Según el informe ‘Las cifras del cáncer en España 2018’ que realiza la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), el cáncer es una de las principales causas de morbilidad del mundo, con aproximadamente 14 millones de casos nuevos en el mundo en el año 2012 (últimos datos disponibles a nivel mundial estimados por los proyectos EUCAN y GLOBOCAN, de la Organización Mundial de la Salud). El número de casos nuevos, según las estimaciones poblaciones, indican que probablemente se incrementen en un 70% en las próximas décadas, lo que supondría alcanzar los 24 millones de casos aproximadamente en el año 2035. De esa cifra y para eso año, en personas mayores de 65 años, por sexos, se estima que 8.098.211 de casos serán hombres y 5.591.723 mujeres, lo que supone que en esa franja, más de 13.600.000 personas serán diagnosticadas de cáncer.

En esta población –mayores de 65 años-, la prevalencia de enfermedad cardiovascular es más elevada que en la población general de la misma edad. En el caso de los supervivientes de cáncer infantil, las series más recientes registran una prevalencia de enfermedad cardiovascular significativa del 11% a los 40 años de edad”, afirma López Fernández.

Las enfermedades cardiovasculares derivadas de tratamientos antitumorales complican no sólo el pronóstico cardiovascular, también el pronóstico oncológico

Las enfermedades cardiovasculares derivadas de tratamientos antitumorales complican no sólo el pronóstico cardiovascular, sino también el pronóstico oncológico. Por ello, la experta destaca la necesidad y la importancia de monitorizar y prevenir la toxicidad cardiovascular desde una perspectiva multidisciplinar. “Es necesario mejorar las estrategias de estratificación del riesgo y concienciar de la necesidad de optimizar el control de los factores de riesgo antes, durante y después de los tratamientos oncológicos. No podemos gastar millones de euros en tratamientos altamente efectivos y no evitar que pierdan su efecto descuidando la salud cardiovascular”, concluye López Fernández.
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