Uno de cada 10 infartos diagnosticados es un falso positivo

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..Cristina Cebrián
Ser mujer y haber sufrido un infarto agudo de miocardio previo son dos factores que favorecen los falsos positivos por infarto. De hecho, uno de cada 10 infartos diagnosticados es un falso positivo, mientras que las complicaciones clínicas durante el primer contacto médico también se asocian a un mayor porcentaje de diagnósticos falsos positivos. Es una de las principales conclusiones de un estudio publicado en el último número de la Revista Española de Cardiología, cuyo objetivo ha sido determinar la prevalencia de las actividades inapropiadas de una red de asistencia al infarto y los diagnósticos falsos positivos, así como su influencia en los resultados clínicos.

El objetivo de las redes de atención al infarto es tratar a la mayor cantidad de pacientes en el menor tiempo posible. Para conseguir esto, el diagnóstico tiene que ser precoz y debe realizarse por un profesional de la salud. Aunque los pacientes siempre están en manos de expertos en su atención y en el análisis de electrocardiogramas, esta rapidez puede conllevar activaciones inapropiadas de la red e imprecisiones diagnósticas o los llamados falsos positivos.

Uno de cada 10 infartos diagnosticados es un falso positivo, mientras que las complicaciones clínicas durante el primer contacto médico también se asocian a un mayor porcentaje de diagnósticos falsos positivos

Para comprender los datos obtenidos del citado estudio, es importante aclarar que las activaciones inapropiadas son aquellas en las que se activa la red de atención al infarto porque se piensa que el paciente está sufriendo este evento cardiovascular aunque no cumple con los criterios médicos establecidos. Según los datos obtenidos de pacientes tratados en la red Codi Infart de Cataluña entre enero  y diciembre de 2011, las activaciones inapropiadas fueron del 12,2%. “La edad avanzada, la presencia de infarto previo y las complicaciones iniciales causaron la activación inapropiada del código infarto”, explica el Dr. Ander Regueiro, primer firmante del estudio y miembro de la Sociedad Española de Cardiología.

Dr. Regueiro: “La edad avanzada, la presencia de infarto previo y las complicaciones iniciales causaron la activación inapropiada del código infarto”

Del total de activaciones apropiadas (87,8%), una de cada diez resultó ser un falso positivo, es decir, el diagnóstico final del paciente fue otro distinto al de infarto, aunque en el primer contacto médico cumplía con los criterios establecidos para la activación de la red y la realización de cateterismo, método diagnóstico que acaba por confirmar o descartar la presencia del infarto.

Consecuencias de los falsos positivos
El Dr. Regueiro explica que los pacientes no reciben tratamientos equivocados, ya que “no todos los pacientes con un diagnóstico falso positivo por infarto acaban recibiendo la implantación de un stent”. Las consecuencias de los falsos positivos tienen que ver más bien con las complicaciones que conlleva el cateterismo. “La gran mayoría de los pacientes sobre los que se ha activado el código infarto se someten a un cateterismo, prueba diagnóstica invasiva que, como cualquier otra, puede conllevar complicaciones”, detalla el especialista. En el caso de pacientes con infarto, pueden presentar complicaciones como la insuficiencia renal o la embolia, “aunque esto ocurre sólo en menos del 1% de los casos”.

En el caso de pacientes con infarto pueden presentar complicaciones como la insuficiencia renal o la embolia

Para mejorar las redes de asistencia al infarto, primero hay que tener en cuenta que éstas siempre van a contar con falsos positivos, por lo que el Dr. Regueiro aclara que “es imposible que desaparezcan porque hasta que no se realiza el cateterismo no se puede confirmar el diagnóstico. Es por esto que los esfuerzos de mejora de las redes de asistencia al infarto deben centrarse en la disminución de las activaciones inapropiadas”, concluye.

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