Publicado en Acta Sanitaria Luis Montes, el médico anestesiólogo del Hospital Severo Ochoa (Leganés) que fue sometido a una auténtica persecución inquisitorial por el consejero de Sanidad Manuel Lamela, a las órdenes de Esperanza Aguirre, ha muerto repentinamente de un infarto de miocardio cuando se dirigía a un acto en Murcia de la Asociación Derecho a Morir Dignamente, de la que era presidente. Defensor de la Sanidad Pública, el gobierno de Aguirre le hizo pasar un auténtico calvario, tras una denuncia anónima que aseguraba que Montes, responsable de la unidad de urgencias del Hospital de Leganés, había sometido a pacientes terminales a sedaciones irregulares. La denuncia fue sobreseída y Montes se convirtió en todo un símbolo de los defensores de la muerte digna, para lo que llega a reclamar la despenalización de la eutanasia, así como el acceso universal a los cuidados paliativos hospitalarios y extrahospitalarios.