La mortalidad por síndrome aórtico se reduce gracias a un diagnóstico cada vez más precoz

..Redacción.
Cuando se habla de mortalidad en enfermedades cardiovasculares, inevitablemente pensamos en el infarto, pero existen otras patologías asociadas a una alta tasa de mortalidad, aunque sean menos frecuentes. Este es el caso del síndrome aórtico agudo, que consiste en un proceso que afecta a la capa media de la aorta e incluye una serie de alteraciones graves, como la disección aórtica, el hematoma intramural o sangrado de la pared de la aorta y la úlcera penetrante. Se estima que en nuestro país lo sufren al año entre 40 y 45 personas por millón de habitantes, de las cuales un 65% son hombres y un 35% mujeres.

En nuestro país lo sufren al año entre 40 y 45 personas por millón de habitantes, de las cuales un 65% son hombres y un 35% mujeres

El cardiólogo Arturo Evangelista, que también es vicepresidente de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) comenta que este síndrome es mucho menos frecuente que el infarto y “desde que se producen los síntomas, hay un 1% de mortalidad por cada hora que pasa. Es decir, a las 24 horas la mortalidad se sitúa en el 24%”, explica.

El experto detalla que si el síndrome aórtico agudo se produce en la aorta ascendente, la que sale del corazón, la mortalidad es superior al 30% y añade que “más de un tercio de los pacientes fallecen incluso antes de llegar al hospital”. De ahí que sea tan importante conocer sus causas, síntomas y signos para mejorar el pronóstico. El síntoma principal de este trastorno es la manifestación de un dolor muy brusco e intenso en el pecho, tórax o en la parte abdominal.

Dr. Evangelista: “Desde que se producen los síntomas, hay un 1% de mortalidad por cada hora que pasa. Es decir, a las 24 horas la mortalidad se sitúa en el 24%”.

También es importante poner atención en los antecedentes clínicos del paciente, ya que el 75% es hipertenso y el 20% está previamente diagnosticado de otra enfermedad aórtica. Además, también se presenta con frecuencia en algunas enfermedades genéticas como el síndrome de Marfan o el síndrome Ehlers-Danlos.

Tratamiento variable
En función de si afecta a la aorta ascendente o descendente, el tratamiento del síndrome aórtico agudo varía. El cardiólogo explica que “cuando afecta a la aorta ascendente hay que enviar al paciente rápidamente a quirófano para hacerle una cirugía y recambiársela”. Con respecto al índice de mortalidad añade que “en estos pacientes sometidos a cirugía la mortalidad se sitúa en el 20%”.   

Si el síndrome aórtico agudo se produce en la aorta descendente, el tratamiento pasa por controlar la presión y el dolor y, “si la situación es complicada, hay que hacer un tratamiento endovascular con una endoprótesis”. En este caso, la mortalidad por síndrome aórtico agudo en la aorta descendente es más baja.

¿Qué dicen los registros?
El mayor registro del mundo sobre disección aórtica es el IRAD (International Registry of Aortic Dissection) pues incluye a más de 8.000 pacientes de más de 50 hospitales. En España, existe el RESA (Registro Español del Síndrome Aórtico Agudo), cuyo objetivo es valorar los resultados actuales en el manejo de esta enfermedad. Para ello, consta de tres registros diferentes y el tercero se ha puesto en marcha a principios de este año con el objetivo de arrojar datos para principios de 2020.

Hasta ahora, los datos del RESA I y RESA II ponen de manifiesto un descenso de 10 puntos de la mortalidad por síndrome aórtico agudo en la arteria ascendente. De esta forma, pasa del 41% del año 2017 al 31% en 2014. Desde la SEC apuntan a que esta mejoría se debe a la importante disminución de la mortalidad quirúrgica, que actualmente es inferior al 20% y muy parecida a la registrada en el IRAD. Para el vicepresidente de la SEC esta disminución se debe a “un diagnóstico cada vez más precoz y una mayor especialización en este tipo de intervenciones en las que, a su vez, se consiguen cada vez mejores resultados”.

La disminución de la mortalidad se debe a un diagnóstico cada vez más precoz y una mayor especialización en este tipo de intervenciones

Por último, el Dr. Evangelista considera que aún es pronto para valorar los datos del RESA III, aunque si comenta que “en aorta ascendente hemos dado un empujón y va a ser difícil mejorar más los datos, pero hemos entrado en la era del tratamiento endovascular y esto puede mejorar sustancialmente las complicaciones de la aorta descendente”. La aparición de nuevos biomarcadores y las nuevas estrategias terapéuticas van a ser esenciales para mejorar de forma muy significativa la supervivencia.

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