Publicado en ABC
Las personas con diabetes tienen, además de vivir con la enfermedad y sus importantes complicaciones, una carga añadida: las agujas y los pinchazos. Agujas para medir los niveles de glucosa en sangre y agujas para las inyecciones de insulina. Y esto es especialmente desasosegante para aquellos que sufren de ansiedad por ser regularmente pinchados, que puede hacer que no controlen adecuadamente su enfermedad, lo que puede tener resultados nefastos. Por eso los investigadores se afana en buscar alternativas a las agujas. Nuevos biosensores, nuevos sistemas de luz, páncreas artificial… «Ya hay sistemas que reducen los pinchazos, pero no los evitan, sino que los reducen porque todavía no están suficientemente verificados y, en algunas ocasiones, necesitamos seguir usando los pinchazos», explica a ABC Salud Luis Ávila Lachica, vocal de la Sociedad Española de Diabetes (SED) y médico de familia. «Están aquí, en pocos años, dos o tres estarán disponibles; solo falta validarlos».