Publicado en El Confidencial “No me puedo organizar, no tengo estabilidad, nunca sé bien lo que voy a ganar, aunque sí sé que no va a ser mucho, y no me puedo plantear nada a futuro”. Quien dice esa frase podría ser cualquier español menor de 40 años y dedicado a casi cualquier actividad profesional, con las salvedades conocidas. En este caso, quien se lamenta de esa manera es una médica de 44 años. Ni su profesión ni su edad casan mucho con los estándares de la precariedad. Hasta ahora. En efecto, los médicos no están ya entre esas pocas profesiones muy bien remuneradas, esos sectores que tradicionalmente se asociaban con una buena cuenta corriente y un futuro seguro y próspero. Su creciente precarización se traduce en que más de un tercio de ellos gana menos de 40.000 euros al año, “¡si llega!”, en exclamación de Carlos Bautista, miembro de la plataforma de sanitarios Basta Ya. “¿Los médicos, ricos? ¡Qué va!”, exclama casi entre risas este hombre, que cree que el grueso de la sociedad ya es consciente de que “la casta médica no es tal casta y los recortes a quienes nos están afectando más es a nosotros”.