La necesaria revolución del mercado de aseguramiento de responsabilidad civil sanitaria para salir de la miopía

Experiencia-de-Paciente

..Antonio Burgueño Jerez.
Escribía D. Luis de Haro, amigo mío y director de este medio, una brillante editorial sobre la responsabilidad civil de los médicos que, a modo de “reglón seguido” quisiera continuar con este escrito, apoyando sus reflexiones y añadiendo otras nuevas para el debate. La editorial mencionada bien se resume en este extracto:

Las grandes multinacionales están abandonando el sector público por una baja rentabilidad, es decir, los beneficios y los riesgos no compensan la inversión que hay que realizar. Las Comunidades Autónomas, principales clientes de estas compañías, ajustan tanto las primas, incluso rebajando las coberturas, que los números no salen”.

Efectivamente los actores de este sector, a falta de otros argumentos competitivos, y la ausencia de valor añadido a aportar, optaron por competir vía precios para ganar contratos. Una lucha que, si no se le pone fin, supone que el mercado deje de ser interesante a los mismos actores que lo provocaron y lo abandonen por poco rentable o incluso por ruinoso. Extraña paradoja.

Los actores de la Responsabilidad Civil, a falta de otros argumentos competitivos, y la ausencia de valor añadido a aportar, optaron por competir vía precios para ganar contratos

Actores nuevos han entrado a por las ruinas que quedan. Y no es mala idea si se sabe leer la oportunidad que supone reinventar un negocio para que sea atractivo para las compañías y de valor añadido para los clientes, ya sean los profesionales médicos o las empresas y organizaciones sanitarias en general. Para los clientes en definitiva.

Ese ejercicio requiere romper la miopía de pensar que el aseguramiento de un riesgo supone sólo pagar los “platos rotos”, intentando que el coste de la vajilla sea lo más barato posible. Supone trabajar en alianzas con los clientes para que las cosas no ocurran, gestionando los riesgos conjuntamente, involucrándose en dicho fin y con ello lograr alianzas que superen el computo anual de tiempo, pasado el cual se vuelve al mercado persa del mejor postor.

Hay que trabajar para que las no ocurran, gestionando los riesgos conjuntamente

Pero esta opción, la única que entiendo viable, supone una revolución que se me antoja complicada hoy por hoy. Implica reinventar en paralelo el mercado asegurador y, en la misma jugada, transformar el abordaje tradicional de la gestión de riesgos para la seguridad del paciente en las organizaciones sanitarias. Las mismas, en un porcentaje no desdeñable, carecen de un modelo que permita la evaluación del sistema de gestión de riesgos, y con ello una metodología de trabajo continuo de mejora y un criterio de medir los avances de la alianza propuesta. No digo que no se trabaje en seguridad del paciente, pues el que más y el que menos en ello está, pero con carencia de la cuantificación de lo que se hace y de los avances que se hacen.

Por tanto, hay que reinventar dos modelos de negocio en paralelo, si se quiere hacer del aseguramiento de riesgos asistenciales un sector atractivo y de valor añadido. Dos apuestas a largo plazo, pero con pasos cortos y continuos. Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, añadir que nuestros clientes (los del Proyecto Impulso) ya han empezado a transformar su abordaje de la seguridad del paciente para que sea medible, dando pasos firmes y continuos con objetivos realistas y abordables. Nuestra colaboración con ello en ese viaje es nuestro granito para que la transformación del sector del aseguramiento de la actividad sanitaria se produzca.

Las multinacionales de Responsabilidad Civil abandonan a los médicos

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