Publicado en El País
La nueva revolución laboral, protagonizada por el big data y por los programas de inteligencia artificial, es distinta a las anteriores. Médicos, abogados, publicistas, directivos… trabajadores que históricamente han podido seguir la automatización con mera curiosidad ya están a prueba por su capacidad de colaborar con las máquinas. En la medicina, el intrusismo digital llegó primero al terreno del diagnóstico, con algoritmos capaces de detectar enfermedades como el alzhéimer o el cáncer de piel de manera más fiable que los propios médicos. Ahora, la inteligencia artificial se gradúa en diagnosticar enfermedades a tratarlas.