Publicado en ABC
La resonancia magnética es desde hace muchos años un recurso estándar para el diagnóstico y la preparación operatoria de numerosas enfermedades que requieren cirugía. Pero ya en quirófano, el cirujano se enfrentaba a la intervención sin el soporte de esta avanzada técnica de imagen. Para hacer su trabajo debía remitirse a lo que veían sus ojos y a las imágenes tomadas previamente de la lesión que debía operar. Esto presentaba el problema de que, por ejemplo, la posición relativa de un tumor cerebral podía cambiar una vez que se había abierto la caja craneal, o de que la lesión vertebral modificara siquiera levemente su situación dependiendo de la posición del paciente en la mesa de operaciones respecto a la del momento en que se le hizo la resonancia magnética preoperatoria. Se trata de intervenciones en las que un milímetro cuenta y puede determinar el mayor o menor éxito de la intervención.