Publicado en El Confidencial Desde 2010, la revista mensual francesa ‘Prescrire’ publica una nueva edición de los “medicamentos a evitar”, una guía en la que enumera aquellos fármacos analizados cuyos efectos negativos no compensan los positivos. Todos ellos están autorizados tanto en Francia como en el resto de la Unión Europea y, como recuerdan continuamente los responsables, su independencia de la industria farmacéutica está garantizada debido a que su única vía de financiación son las suscripciones de lectores (en 2013 tenía más de 33.000). Su objetivo, señala el informe, es “facilitar la elección de un tratamiento de calidad, y prevenir daños desproporcionados a los pacientes”. A menudo, cuando estos deben enfrentarse a enfermedades graves para las que no hay una solución clara, se les proponen tratamientos sin ser debidamente informados de sus posibles efectos secundarios. “Incluso en situaciones graves, cuando no existe un tratamiento efectivo, no hay justificación para prescribir un medicamento cuya eficacia no ha sido probada y que es más dañino que beneficioso”, recuerdan los autores de la revista, editada por la AMP (Association Mieux Prescrire), sin ánimo de lucro.