Publicado en El País
En México, unas siete millones de personas están desnutridas y más de 24 millones padecen obesidad. “Si el país se lo propusiera, la primera cifra se podría bajar a un millón en cinco años, pero en ese mismo tiempo es imposible que se reduzca a la mitad la tasa de sobrepeso”, reflexiona Julio Berdegué, representante de la agencia de la ONU para la alimentación (FAO) en América Latina. “Es mucho más difícil acabar con el hambre que con la obesidad”, zanja. Sin embargo, tras unos lustros de espectacular reducción, el número de personas que se acuestan con el estómago vacío lleva tres años creciendo.