El estudio RESA 2018 demuestra que la cita con el especialista es mucho más rápida en la sanidad privada

Según el Estudio RESA 2018, promovido por la Fundación IDIS y que analiza los resultados en salud de la sanidad privada española, en 2017 el promedio de días de espera para la primera cita en Ginecología y Obstetricia fue de 13,83 días, pese a ser una de las especialidades médicas más demandadas por las usuarias. Este dato contrasta de forma significativa con los datos del Sistema de Información sobre Listas de Espera en el Sistema Nacional de Salud (Sisle-SNS) a 30 de junio de 2018 que ha publicado el Ministerio de Sanidad, que mejoran los obtenidos a 31 de diciembre de 2017, pero siguen muy por encima de las ratios de la sanidad privada española. Así, en el primer semestre del 2018, las mujeres esperaron una media de 52 días para ser atendidas por un especialista en Ginecología y Obstetricia, mientras en 2017 esperaban 53 días de media y el 33,9% sufría una demora superior a los 60 días.

Ginecología y obstetricia, junto con oftalmología y traumatología, las especialidades con mayor demora para una primera cita en la sanidad pública

Este mismo informe del Ministerio de Sanidad vuelve a poner de manifiesto las dificultades de la sanidad pública para reducir las demoras que deben soportar los ciudadanos para acudir a la primera consulta con el médico especialista, que son particularmente extensas en Oftalmología y Traumatología.

Traumatología presenta los peores datos en el primer semestre de 2018, con una media de casi 70 días de espera frente a los casi 11 en la sanidad privada

En Oftalmología, la espera media se situaba en 64 días en junio de 2018, un dato que, si bien mejora los 77 días de demora media a 31 de diciembre de 2017, todavía multiplica por seis los 10,81 días de promedio obtenidos por la sanidad privada en el conjunto del año pasado, tal y como refleja la última edición del Estudio RESA, promovido por la Fundación IDIS para dar a conocer los resultados en salud del sector.

La situación en Traumatología es incluso peor, ya que los 78 días de demora media de la sanidad pública a 31 de diciembre de 2017 se miden con los 12,04 días de promedio para una primera cita en la sanidad privada en el mismo periodo. Pese a todo, la última edición de Sisle-SNS, correspondiente al 30 de junio de 2018, muestra una significativa reducción de diez días en el tiempo de espera medio de la sanidad pública, que ha conseguido situarse en 68, aunque el 44,8% de los pacientes todavía se ven obligados a sufrir demoras superiores a los 60 días.

Según la última edición del Estudio RESA, promovido por la Fundación IDIS, durante el primer semestre de 2018, el promedio de la primera cita en Dermatología fue 18 días en la sanidad privada. Un dato muy destacado en una especialidad que plantea una creciente demanda asistencial por parte de la población y que es ejemplo de la eficiencia y capacidad de acceso que posee un sistema de salud

De acuerdo con los datos del Sistema de Información sobre Listas de Espera en el Sistema Nacional de Salud (Sisle-SNS), Dermatología es una de las especialidades médicas que más ha reducido sus listas de espera durante el primer semestre del año, ya que ha pasado de los 71 días de demora media a 31 de diciembre de 2017 a los 56 días a 30 de junio de 2018. Pese a todo, las cifras todavía son mucho menos halagüeñas que las que obtiene la sanidad privada. Según la última edición del Estudio RESA, el promedio de espera para obtener una primera cita en Dermatología en la sanidad privada española fue de 18,6 días en 2017. En palabras de Manuel Vilches, director general de la Fundación IDIS “una atención pronta, ágil y eficaz es fundamental para alcanzar los mejores resultados de salud posibles. La atención al paciente en un tiempo máximo adecuado evita situaciones de ansiedad y de incertidumbre que en nada le benefician, más bien todo lo contrario. Los expertos y las organizaciones más prestigiosas en España y fuera de nuestras fronteras ponen el acento en esta circunstancia clave que sin duda marca la diferencia de una asistencia de calidad y excelencia“.

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