Un mismo mensaje y un mismo engranaje en el sistema sanitario. Dra. María Pilar Cecilia

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Dra. María Pilar Cecilia. Médico de familia del centro de Salud de Madridejos.
Tenemos que convencernos. Entendemos hoy la atención sanitaria como la relación médico-paciente. Pero ya no es así. Va mucho más allá e integra a un gran número de profesionales: médicos, farmacéuticos, enfermeras, auxiliares y técnicos, celadores, trabajadores sociales, psicólogos… Todos formamos parte de un engranaje que es el sistema sanitario. Esta realidad nos debe empujar a trabajar juntos, a unificar criterios y a transmitir el mismo mensaje al paciente. Evitaremos así duplicidades y confundir al paciente en un momento complicado como es la enfermedad.

Hoy en salud no se puede trabajar de manera eficaz sin equipos multidisciplinares. Es tarea de todos sensibilizar al paciente de que la enfermedad es suya. Nosotros podemos poner a su disposición una serie de herramientas para que pueda mejorar su salud. Por este motivo resulta tan importante la transmisión de un mensaje común. Una enfermera o un médico pueden explicarle a un paciente diabético en qué consiste su enfermedad, la medicación que va a tomar, la dieta que debe seguir, cómo cuidar sus pies… Pero la persona y el modo en que entienda esas directrices resultarán determinantes en su salud. A la hora de reforzar este mensaje que pueden olvidarse con el paso del tiempo es clave la figura del farmacéutico.

Todos formamos parte de un engranaje que es el sistema sanitario. Esta realidad nos debe empujar a trabajar juntos, a unificar criterios y a transmitir el mismo mensaje al paciente

Pero necesitamos puntos de contacto entre los médicos y las enfermeras con los farmacéuticos. Los centros de salud de cada pueblo o de cada barrio pueden ser un lugar de encuentro para todos los profesionales, incluidos los farmacéuticos. Ya existen protocolos que podemos aprovechar, fruto de las reuniones entre las sociedades científicas. La celebración de encuentros periódicos entre profesionales de diferentes áreas nos permitirá aplicar estos conocimientos en beneficio de nuestros pacientes.

La oficina de farmacia puede ser un colaborador importante en nuestro día a día. Es cierto que es una entidad privada pero no deja de tener un fin público y social. En los últimos años, hemos visto cómo ha aumentado la presión asistencial. El número de profesionales en los centros de salud a raíz de la crisis económica ha descendido. Tampoco se hacen las sustituciones necesarias en periodos de vacaciones o de baja. De manera paralela las tareas administrativas han aumentado.

En el centro de salud de Madridejos trabajamos habitualmente con una de las farmacéuticas de la localidad que ha llegado a participar incluso en las sesiones clínicas. En otra experiencia diferente en zona periurbana de Madrid la farmacia aportó su conocimiento en programas para la deshabituación tabáquica y en otras iniciativas orientadas a la prevención. La oficina de farmacia puede desempeñar en atención primaria un papel parecido al del farmacéutico hospitalario. En ocasiones el farmacéutico de hospital nos informa en casos de paciente polimedicados en los que pueden producirse interacciones medicamentosas. Esta misma función puede completarla la botica de barrio o del pueblo. Pero es preciso que establezcamos canales de comunicación. Para ello es necesario voluntad por ambas partes.

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