Un decálogo para unir a todos en pro de información veraz. Ricardo Mariscal

..Ricardo A. Mariscal López. COM SALUD.
La “infoxicación” y la falta de rigor en las nuevas tecnologías de salud solo puede ser combatida si los generadores de contenidos y los profesionales sanitarios se unen con un propósito común. La semana pasada más de 30 sociedades científicas dieron un paso adelante que puede llegar a ser importante en este sentido: dichas organizaciones profesionales se han adherido a un código de conducta que busca promover información veraz y rigurosa en soluciones tecnológicas.  

El “Decálogo de prácticas recomendadas para promover la divulgación de información veraz con tecnología” fue presentado en el simposio Hackeando la sanidad, organizado por el Instituto Salud Sin Bulos y la Asociación de Investigadores en eSalud y que tuvo lugar en el madrileño Hospital La Princesa.

30 sociedades científicas se han adherido a un código de conducta que busca promover información veraz y rigurosa en soluciones tecnológicas

En este Decálogo son claves conceptos como la transparencia, el contraste de información y la validación. Transparencia que está referida a los intereses por parte del emisor al generar cualquier información relacionada con salud. Contraste como método y sistema válido para garantizar que la información tiene al aval de fuentes científicas contrastadas. Y validación entendida como un modo de comprobar la efectividad de los contenidos que se facilitan a los usuarios.

Otros conceptos que maneja el Decálogo están relacionados con la importancia del receptor: conocer las necesidades de información de los usuarios permitirá diseñar iniciativas tecnológicas mucho más eficaces, prácticas y exitosas.

Conocer las necesidades de información de los usuarios permitirá diseñar iniciativas tecnológicas mucho más eficaces, prácticas y exitosas

El Decálogo en las aplicaciones de salud
Las sociedades científicas que han decidido rubricar este Decálogo lo han hecho movilizadas por una convicción común: muchas soluciones tecnológicas de salud que existen hoy en día carecen de evidencia científica. Según una revisión realizada por el propio Instituto Salud Sin Bulos, este hecho es especialmente grave en lo que concierne a las aplicaciones relacionadas con adherencia de medicamentos: en el 98,8% la evidencia es nula. Y las apps en torno al cáncer tampoco salen bien paradas en esta revisión de estudios: un 60% no distinguen entre contenido científico y publicidad.  Además, muchas no cuentan con expertos para su desarrollo. En particular, de las numerosas apps de fitness que existen en el mercado en el 80% no ha colaborado ningún especialista.

Es muy preocupante descubrir que soluciones tecnológicas que tienen como objetivo mejorar la calidad de vida y/o contribuir a la prevención e información sobre una gran variedad de enfermedades no tienen ninguna validez. El boom de las apps de salud animó a entrar a muchos emprendedores sin formación previa en el sector en busca de un beneficio fácil, desarrollando programas y apps con gran rapidez y nulo rigor, sin importarles el daño que pueden llegar a hacer a muchos ciudadanos. El Decálogo es un toque de atención para empezar a hacer las cosas mucho mejor y, sobre todo, a ejercer un mayor control sobre todas estas soluciones tecnológicas. En el desarrollo de estas aplicaciones, los profesionales sanitarios y organizaciones deben ser protagonistas. Lo dijo bien claro uno de los expertos participantes en el simposio, el director de comunicación de Farmaindustria, Francisco J. Fernández: “Debemos transmitir información de valor en la jungla digital. Es una oportunidad”.

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