El PP ha llegado al gobierno de Castilla-La Mancha con el claro objetivo de ahorrar. La difícil situación, que es de dominio público por la campaña realizada por el PP exige un cambio drástico, y tiene como objetivo reducir el presupuesto en un 20% para dejarlo por debajo de los 7.000 millones de euros. Se espera un ahorro en Sanidad de 400 millones, distribuido en diferentes partidas que María Dolores de Cospedal ha presentado y que es un laboratorio para lo que sucederá cuando el PP acceda al gobierno de España.
Según la propia Cospedal los recortes en sanidad no van a afectar a la calidad del servicio a los pacientes. Pretende desmontar la ingeniería financiera montada por el anterior gobierno y hacer público la situación real, no sólo de Sanidad sino de toda la Comunidad.
Los recortes afectarán a las partidas de personal, vehículos, arrendamientos y venta de inmuebles, subvenciones a empresas públicas y privadas, suspensión de obra nueva e infraestructura y reducción de transferencias a empresas agrícolas. Se centra en lo que se denomina “racionalización de las infraestructuras e instalaciones sanitarias”. Algunos centros se venderán y luego se alquilarán para su uso, pero no se dan hay más detalles sobre el recorte en sanidad y habrá que ir viendo el detalle y el resultado.
