Cada Colegio tiene sus peculiaridades, y el colectivo de médicos de Málaga no está exento sino sobrado de diferencias con muchos de los otros colegios de España. La provincia de Málaga aumenta de manera muy considerable su población en la época estival, esto implica dos consecuencias importantes. Por un lado, especialmente en la Costa del Sol, las consultas se convierten en unas auténticas “torres de babel”, con costumbres, creencias, idiomas, religiones… diferentes y el médico no siempre está preparado para tanta diversidad.
Por otro lado la salud es una efectiva arma de venta en el ámbito político, vende mucho, y tanto turismo y tanto cambio de población hace que se requiera un importante incremento de costes por incremento de la cartera de productos requerida por los pacientes. El presupuesto de la sanidad pública tiende a estirarse más de lo debido y la realidad es que al final la amplitud se vuelve contra el propio sistema porque se crean unas expectativas que no pueden satisfacerse. Se genera frustración y es el propio médico quien tiene que dar la cara.
El Colegio no está para sustituir la función pública, que desde hace tantos años está orientada a abonar la continuidad del partido del gobierno, pero debe ser una voz que represente los derechos de la profesión médica en el ámbito provincial. Además de crear un club de fidelización (recordamos que la colegiación no es obligatoria en Andalucía) y dar premios a particulares y empresas del entorno, deberían realizar todo tipo de proyectos encaminados a que los médicos puedan ejercer cada vez mejor su función, tanto en la sanidad pública como en la privada.
Una de las características de la sanidad pública debe ser la fiabilidad, la estabilidad y la continuidad. El Colegio debe ser lo mismo, fiable y estable, debe dar razones suficientes a los médicos para que todos quieran estar colegiados. ¿Por qué no se hace si el Colegio tiene un presupuesto de 3M de euros?.
