El SII y la EII, enfermedades diferentes pero cada vez más habituales

..Fernando Ruiz.
El síndrome de intestino irritable (SII) y la enfermedad inflamatoria intestinal (EII) son trastornos funcionales del sistema digestivo que afectan de forma notable a la calidad de vida de los pacientes, y cada vez son más habituales.

El SII y la EII son trastornos funcionales del sistema digestivo que afectan notablemente a la calidad de vida de los pacientes

A pesar de tener síntomas en común son dos patologías totalmente diferentes. En primer lugar, el SII representa el paradigma de los trastornos funcionales digestivos (TFD) en el campo de la patología digestiva. Ninguna otra enfermedad suele suscitar mayores discrepancias entre el modo en que el facultativo transmite al enfermo el origen de su problema y las expectativas reales que el enfermo había depositado en su médico. El SII es un TFD caracterizado por la presencia de dolor o molestia abdominal asociado a cambios en la frecuencia y/o consistencia de las deposiciones.

Como tal trastorno funcional, se asume que el paciente con un SII no presenta ninguna alteración bioquímica o estructural que pueda justificar la naturaleza de los síntomas. Realmente la percepción que tiene el paciente de su dolencia es muy distinta. El enfermo casi nunca le interesa saber cual es la causa de su daño, ni si existe un trastorno orgánico o funcional. Lo que le importan es que alivien sus síntomas.

El SII es un TFD caracterizado por la presencia de dolor o molestia abdominal asociado a cambios en la frecuencia y/o consistencia de las deposiciones

El Dr. Pedro Tárraga, miembro del grupo de trabajo de digestivo de la SEMG, señala que “en SII el tratamiento suele ser sintomático, si hay dolor se dan analgésicos o espasmolíticos, si hay diarrea se suele dar dieta y algún tratamiento astringente y si hay estreñimiento, laxantes”. Asimismo, los probióticos con cepas específicas para estos tratamientos se han convertido en una alternativa para evitar la reagudización de estos síntomas, ya que ayudan a reducir su aparición, mejorando notablemente la calidad de vida del paciente.Banner Alflorex_Farmasierra & iSanidad

La EII hace referencia según la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD) al grupo de enfermedades crónicas que se caracterizan por presentar un proceso inflamatorio a nivel intestinal. Actualmente se incluyen tres patologías dentro de este conjunto: la colitis ulcerosa, la enfermedad de Crohn y la colitis indeterminada.

Los probióticos se han convertido en una alternativa para evitar la reagudización de los síntomas

Se considera que esta enfermedad se produce por una alteración en el sistema inmune del paciente, atacando su propio tubo digestivo. Esta patología está inducida por un componente genético y por la posible influencia de un agente externo como puede ser el tabaco, la dieta, algún agente infeccioso, etc. Estas enfermedades del intestino esencialmente, inmunomediadas, inflamatorias y crónicas, que evolucionan en brotes y periodos de remisión. Por otro lado, alteran la capacidad del organismo para digerir los alimentos y absorber los nutrientes provocando úlceras y perforaciones que pueden poner en riesgo la vida del paciente.

Los síntomas que presenta esta patología son muy variados y dependen de si el paciente presenta una colitis ulcerosa o la enfermedad de Crohn. Los pacientes con EII cursan con diarreas que suele ir acompañadas de sangrado e incluso de sustancias purulentas y dolor abdominal acompañado de fiebre en algunos casos. En cuanto al tratamiento hoy en día se dispone de un arsenal terapéutico muy importante que es capaz de controlar la enfermedad en un amplio tanto por ciento de casos. Debido a la cronicidad y a su curso por brotes, es una patología muy insidiosa, que requiere un control muy estricto por parte del especialista en digestivo y por parte del paciente, quien debe ser consciente de su enfermedad para que, a través de la medicación sea capaz de minimizarla y que le afecte lo menos posible en su vida.

La EII se produce por una alteración en el sistema inmune del paciente, atacando su propio tubo digestivo

El Dr. Alberto Álvarez Delgado, especialista de la Sociedad Española de Patología Digestiva (SEPD), señala que “la enfermedad inflamatoria intestinal tiene un mecanismo predominante de inflamación a nivel de intestino. Por tanto, la mayoría de los fármacos van destinados a disminuir este proceso a diferentes niveles. Los más utilizados son fármacos como la mesalazina (actúa a nivel de la mucosa intestinal), los corticoides, los inmunosupresores y los fármacos biológicos”.

El curso de esta patología es mucho más severo que la del SII, tanto es así que “tienen que estar temporadas con fluidoterapia o alimentación artificial porque hay un grave riesgo de la vida. Además, muchas veces necesitan ingresos hospitalarios, incluso cirugías debido a las úlceras en la pared intestinal lo que provoca que sea necesario quitar algunos trozos intestinales” señala el Dr. Tárraga.

Dr. Tárraga: “El curso de la EII es mucho más severo que la del SII, los pacientes tienen que estar temporadas con fluidoterapia o alimentación artificial“.

En cuanto a la calidad de vida de estos pacientes es claramente mejor en el SII. “No presenta organicidad, aunque en ocasiones, la ansiedad de los síntomas puede hacer que la calidad disminuya. Los pacientes suelen tener épocas de mejoría y otras de empeoramiento. Con los nuevos tratamientos la calidad de vida está mejorando. Mientras que en la EII depende del tipo de enfermedad, del segmento afecto, de la intensidad de la inflamación. En general los pacientes deben de tener siempre tratamiento, seguimiento crónico en consulta. Y en ocasiones limitados por la propia enfermedad. La calidad de vida de los pacientes de EII depende de muchos factores, tipo de enfermedad, afectación general, tratamientos recibidos, etc.” declara el Dr. Álvarez.

El SII sin llegar a ser una alteración muy grave, altera la vida de los pacientes. Existe una alternancia de la aparición de los síntomas. En cuanto a los días con síntomas suele haber entre 3 o 4 al mes lo que afecta a su vida laboral. Les produce bajas laborales y, alteración de la vida personal y familiar. Los días que tiene afectación tiene miedo de ir a alguna comida familiar o a una reunión”.

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