Los médicos de atención primaria deben vigilar síntomas de alarma, como rectorragia, para diagnosticar SII

Farmasierra

..C.C.
Los profesionales de atención primaria (AP) son la “puerta de entrada” del sistema sanitario a muchas patologías, entre ellas el Síndrome de Intestino Irritable (SII). Además, en muchos casos se puede manejar desde atención primaria al paciente con SII. Por eso, es fundamental conocer los síntomas de esta enfermedad y alcanzar un diagnóstico precoz para establecer el tratamiento adecuado a cada paciente.

En primer lugar, hay que tener en cuenta que las personas que padecen SII son pacientes crónicos. Por tanto, el médico de atención primaria deberá valorar en diferentes ocasiones a estos pacientes. También tienen que tener en cuenta que se trata de un síndrome recidivante y que los síntomas pueden verse afectados por factores dietéticos y psicosociales.

Los médicos de atención primaria deben plantearse si el diagnóstico de SII es acertado y si hay que realizar pruebas complementarias para descartar organicidad

Cerca del 70% de las consultas de AP están relacionadas con trastornos del aparato digestivo, según datos que maneja la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG). Así, algunos de los síntomas más comunes relacionados con el SII que refieren los pacientes son dolor abdominal, estreñimiento, diarrea y dispepsia, entre otros.

En cuanto al diagnóstico del SII desde AP, los especialistas deben plantearse si el diagnóstico es acertado. También si hay que realizar pruebas complementarias para descartar organicidad. Para ello, hay que prestar especial atención a la edad del paciente y posibles cambios en la sintomatología. Según explica el Dr. Cristóbal de la Coba, especialista en Aparato Digestivo en el Hospital de Salamanca, “el diagnóstico del SII es principalmente clínico y es un diagnóstico de exclusión”.

Banner Alflorex_Farmasierra & iSanidadHay que vigilar la aparición de síntomas de alarma como rectorragia, síndrome constitucional o antecedentes familiares de cáncer colorrectal, entre otros

Es decir, según los criterios de Roma IV, este síndrome se caracteriza por un dolor abdominal recurrente, como media, al menos un día a la semana en los últimos tres meses. Además, ese dolor abdominal se relaciona con la defecación y en un cambio en la frecuencia y/o apariencia de las deposiciones. El especialista también advierte que el síndrome de fatiga crónica o la fibromialgia pueden manifestar complicaciones en el SII.

Exploraciones complementarias desde AP
Por otro lado, el Dr. de la Coba insiste en vigilar la aparición de síntomas de alarma como rectorragia, síndrome constitucional, antecedentes familiares de cáncer colorrectal, anemia, masa abdominal o rectal y marcadores de inflamación elevados. Además, los cambios en el hábito intestinal de más de seis semanas en pacientes mayores de 60 años “también sugieren organicidad”, subraya el especialista. Para descartar esa organicidad, los expertos recomiendan a los médicos de AP la realización de exploraciones complementarias de forma preferente y con un máximo de entre una y dos semanas.

Cuando no aparezcan síntomas de alarma, la valoración para confirmar o descartar el diagnóstico de SII desde AP debe seguir unos criterios. En concreto, el Dr. de la Coba aconseja la realización de una anamnesis detallada, un hemograma, determinación de VSG, de PCR y de anticuerpos antitransglutaminasa para descartar celiaca. Otro aspecto a valorar se refiere las mujeres con antecedentes familiares de cáncer de ovario. Para estos casos puede resultar útil la determinación de la proteína CA125 en sangre, “especialmente si son mayores de 50 años y presentan dolor abdominal o pélvico, hinchazón o ascitis”, asegura el especialista.

Además de los medicamentos para paliar los síntomas, se pueden añadir al tratamiento los probióticos para lograr una mejoría global del paciente

Ya en 2016, el Instituto Nacional de Salud y Cuidados de Excelencia de Reino Unido (NICE, en inglés), apuntaba estándares de calidad en el manejo del SII. De modo que recomiendan realizar marcadores de inflamación, como calprotectina fecal y PCR, en la primera línea de diagnóstico para excluir causas inflamatorias. Sin embargo, el Dr. de la Coba explica que el principal problema es que los síntomas tienen un escaso valor predictivo positivo para el diagnóstico de enfermedades orgánicas como el síndrome de intestino irritable.

Alcanzar la mejoría global del paciente con SII
Por todo ello, el médico de AP debe reevaluar al paciente con SII, descartar síntomas de alarma, valorar si precisa realizar SOH, calprotectina fecal o PCR y confirmar el diagnóstico. Una vez confirmado, además de los medicamentos para paliar los síntomas, se pueden añadir al tratamiento los probióticos para lograr una mejoría global del paciente.

Dado que el SII puede estar inducido por una gastroenteritis infecciosa, se observan importantes cambios cualitativos y cuantitativos en la microbiota de estos pacientes. Por tanto, también resulta adecuado incluir probióticos específicos como Bifidobacterium longum 35625. Estas han demostrado su eficacia en el tratamiento del SII,  mejorando la microbiota del paciente. Además, los probióticos tienen la capacidad de disminuir la producción de gas y promover cambios en la conjugación de las sales biliares.

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