La financiación mediante servicios a los colegios es un quebradero de cabeza para la OMC

Lola Granada
Los estatutos de la OMC marcan sus funciones genéricamente y en su capítulo I dice que sus funciones principales son la representación de la profesión médica, estudiar los problemas de la profesión, ejercer la potestad disciplinaria, establecer las normas éticas del ejercicio de la profesión, cooperar con la promoción e información de la profesión médica, adoptar medidas que controlen la competencia desleal… hasta llegar a un punto clave que abre la puerta a cualquier actividad: “Todas las demás funciones, que autorizadas legalmente, sean beneficiosas para los intereses profesionales de los médicos y se encaminen al cumplimiento de los fines de estos Estatutos”. Por esta generalidad la OMC ha encontrado un hueco para dar unos servicios que ayuden a la financiación de algunas de sus actividades.

Uno de los servicios que la OMC quiere dar a los colegios de médicos es el servicio de correo electrónico corporativo, como una herramienta tecnológica que garantice la conectividad y comunicación. Para ello utiliza Galenics, con unos objetivos definidos claramente que son conectividad y comunicación de calidad, concentrar el acceso a la información médica y favorecer la formación médica continuada.

Galenics ha diseñado una plataforma que permite a los colegios presentar como propios algunos de estos servicios porque para la OMC es muy importante que cada institución pueda mantener su independencia y protagonismo. El problema es que cuando algo falla nadie se hace responsable.

Miles de médicos acaban de tener unos graves problemas con su eMail corporativo, el que ofrecen los colegios, y no han tenido acceso en varias semanas, muchos más de los que se dan cuando hay un error o una avería de este tipo de servicios (la plataforma de Google Gmail asegura que no tiene fallos, uno de los proveedores españoles más grandes dejó sin servicio durante una hora a un grupo de varios miles de usuarios).

El propio Colegio de Valencia, por ejemplo, publicó hace unos días una nota en su web sobre un error en el servicio de correo electrónico, dando por supuesto que el problema era de la OMC, a pesar de que desde el Colegio se ofrece como algo independiente. La propia nota achaca el problema a la empresa proveedora.

Parece más inteligente que la OMC o cada Colegio sean asesores y propongan proveedores, pero que sean los propios proveedores los que asuman el riesgo y el consiguiente beneficio porque ahora está en entredicho la financiación de toda una Institución como la OMC o el Colegio de Valencia por el error de un proveedor. Esto siempre suena a comisiones económicas.

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