El primer ciborg de la historia

Isabel González
Neil Harbisson tiene acromatopsia, esto significa que solo ve el mundo en blanco y negro. Es una enfermedad genética, congénita y no progresiva producida por una alteración de las células foto receptoras de la retina sensibles al color, que son los tonos. Nunca pudo llegar a imaginar que se convertiría en el primer ciborg de la historia, criatura compuesta de elementos orgánicos y dispositivos cibernéticos, reconocido por un gobierno.

Con solo 20 años diseñó y fabricó una cámara que llamó “eyeborg”, que significa ojo biónico, que situaba en su frente para diferenciar los colores por medio de sonidos. Es cofundador y presidente de la “Fundación Cyborg”, que pretende ayudar a instalar elementos ciborg en personas. Harbisson dedica parte de su tiempo a conferencias explicando los beneficios de este tipo de tecnología para personas. Es músico fotógrafo y pintor, estudió arte en España, y cuenta como en sus primeros años de escuela le permitían solo pintar en blanco y negro por su patología, pero durante sus estudios en Inglaterra donde conoció a Adam Montandon, licenciado en cibernética de la Universidad de Plymouth y juntos crearon lo que después llamarían este “eyeborg”. El sistema lleva un sensor al lado de su ojo que enfoca en la misma dirección que él mira. Este sensor envía todo lo que percibe a un chip que tiene instalado en la nuca, la información se convierte en frecuencias de luz audibles que puede interpretar como una escala de colores.
 
En 2004 a Harbisson se le denegó la renovación de su pasaporte porque la foto del mismo no podía tener aparatos electrónicos. Harbisson luchó por la aceptación de este elemento como parte de su propia anatomía siendo apoyado por su médico, amigos y familiares y haciendo presión al propio gobierno. Al final, aceptaron su petición convirtiéndose así en el primer ciborg de la historia. “No es la unión entre el eyeborg y mi cabeza lo que me convierte en ciborg sino la unión entre el software y mi cerebro”.
 
Ahora Harbisson es capaz de definir su condición como sonocromatismo o sonocromatopsia ya que explica como acromaptosia ya no puede definirlo porque si puede ya distinguir los colores y sinestesia tampoco porque ahora si tendría este sentido relacionando el color con el sonido.
 
Tanto es este descubrimiento que se ha creado una nueva Escala Sonocromática de Harbisson que contiene 360 notas dentro de una octava que corresponde cada una de ellas a un tono específico del circulo cromático.

Harbisson ha pasado a ser un gran científico, convirtiendo su necesidad de percibir el color en un camino abierto para ciertas deficiencias.

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