Los médicos cada vez más afectados por los efectos de la crisis

Lola Granada
Ante la dureza e inseguridad de la situación española, crece el interés por trabajar en otros países. Mientras los sindicatos médicos aseguran que formar en España a un especialista tiene un coste aproximado de 200.000 euros y ya tenemos que empezar a pensar en el enorme caudal económico que casi diariamente estamos tirando por la borda de la incomprensión y el desinterés.

El director de la agencia de colocación Medicasa, Mats Ignell así lo corrobora cuando declara que los profesionales españoles –médicos y enfermeras- tienen cada vez más interés por ejercer su actividad profesional en otros países. La alta valoración que de ellos se tiene así lo confirma. Circunstancia que lleva a algunos países, como Suecia, a que los propios centros hospitalarios hagan su propia selección de personal y, además a remunerarlos bien, les lleguen a pagar cursos de idiomas a los médicos inmigrantes que lo necesitan, así como otras medidas encaminadas a favorecer el traslado de sus familias.

Estas facilidades están provocando los deseos de salida de unos profesionales que, día a día se tienen que enfrentar con la difícil y variada problemática de un SNS que se encuentra atenazado e inseguro debido a los recortes de más de 10.000 millones de euros que está soportando viéndose obligado a diseñar nuevas medidas de recortes tal vez más drásticos, en personal, en instalaciones, en sueldos y en proyecto de manera genérica.

El Secretario General del Sindicato de Médicos de Cataluña, comenta que “lo peor no ha llegado aún, porque a partir de septiembre, además de lo ya anunciado y puesto en marcha, se esperan más rebajas de sueldos y plantillas, que irán acompañados del cierre de hospitales, así como al abandono de algunos servicios, como los relacionados con los sociales de dependencia, que ya han recibido el primer aviso serio en Cataluña.

Dadas las circunstancias actuales algunos casos se le pueden poner ya nombres y apellidos, bien porque están en la tesitura de marcharse o porque, no hace mucho tiempo, lo han hecho ya. Han optado por la salida de España para poder sobrevivir, como cierto matrimonio de Cataluña con solo 32 años, él, médico de familia y, ella, pediatra. Se han establecido recientemente en Londres. Además de sentirse profesionalmente muy estimados, según comentan, los servicios asistenciales de su trabajo diario duran solo 250 minutos (cuatro horas diez minutos) en los que tienen que atender a no más de 20 pacientes, con lo cual le puede dedicar a cada uno de ellos una media de 16 minutos . La calidad de cada consulta no tiene nada que ver con la de España, que en ese mismo tiempo han de atender obligatoriamente, como mínimo , a 40 pacientes -6 minutos como máximopor visita a cada uno. ¿Qué calidad asistencial se puede impartir con ese ratio de tiempo? El tema de los sueldos es, lamentablemente, completamente diferente también

Para calibrar la importancia que este innegable hecho tendrá en un futuro no muy lejano en nuestro país, no hay nada más que comparar dos realidades bien diferentes. Las de nuestras verdaderas necesidades y las que ofrecen las estadísticas oficiales elaboradas por el SEPE (Servicio Público de Empleo Estatal), OMC Organización Médica Colegial) y el CGE (Consejo General de Enfermería)

En el primer caso, resulta conveniente recordar el hecho de que, ya en el año 2009, se calculaba que, en ese momento, España tenía un déficit de 3.200 facultativos y que para 2025, esta cantidad será de 25.000. Sin tener en cuenta el incremento paulatino de la migración natural que se produce en el campo de nuestros médicos.

Con esta información, no es de extrañar que, en España, las agencias de colocación de médicos (tipo Medicarrera) hayan proliferado bastante. Los cerca de 1.000 certificados de idoneidad expedidos por la OMC -paso previo para preparar la salida a otros países- son una prueba del desánimo generalizado que se está instalando en esta profesión, que contrasta con la idea general llevar de calidad y buen servicio debe, que en todo el mundo tiene. Esta realidad debe llevar a pensar a los regidores de nuestra Sanidad en soluciones inmediatas para el futuro de nuestros profesionales. Cuanto más se demore, peor y más costosa será la solución. Como indica el profesor Jiménez Rodrigo en un diario madrileño. “En Sanidad hay que decidir cuanto antes que servicios salvamos y de cuales prescindimos, o bien discriminar coberturas y prestaciones según niveles de renta”.

Para la valoración serena de las cifras de la migración médica de nuestro país, basta con echarle una rápida ojeada a los cuadros adjuntos para que cada uno pueda sacar objetivamente sus propias conclusiones personales.

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