Una correcta anticoagulación evitaría muchos casos de ictus en nuestros hospitales

“La mejora de la calidad del tratamiento anticoagulante ha favorecido especialmente a los pacientes ancianos”, extendiéndose su uso”, ha señalado la doctora María Isabel Egocheaga, médico de familia del Centro de Salud “Isla de Oza” de Madrid, durante la 1ª Jornada de Formación a Pacientes Anticoagulados y Cardiovasculares, organizada por la Asociación Madrileña de Pacientes Anticoagulados y Cardiovasculares (AMAC), en colaboración con el Ayuntamiento de Valdemorillo y Boehringer Ingelheim, con motivo del Día Mundial del Corazón. Por un lado, la llegada de los nuevos anticoagulantes orales para determinados perfiles de pacientes anticoagulados y por otro, la estandarización en la medición del tiempo de protrombina y su determinación mediante punción capilar para otro tipo de pacientes, permite un mejor control del riesgo de ictus y hemorragias”. Alrededor de un millón de personas en España siguen una terapia anticoagulante oral en la actualidad; de ellas, cerca de 700.000 reciben tratamiento crónico.

Precisamente, una de las enfermedades crónicas que suele requerir tratamiento anticoagulante es la fibrilación auricular, que es la arritmia cardiaca más común. De hecho, el 2% de la población europea padece esta patología (7 millones de personas). Asimismo, según datos del estudio Ofrece, el primer análisis nacional sobre su prevalencia, el 4% de los españoles mayores de 40 años están afectados. En total, en nuestro país hay cerca de 900.000 pacientes con fibrilación auricular, de los que 100.000 se encuentran en Madrid. La prevalencia aumenta progresivamente con la edad (0,55% de los adultos menores de 55 años; 9% de los adultos mayores de 80). El 70% de los pacientes con fibrilación auricular tiene más de 65 años.

La fibrilación auricular también es la arritmia cardiaca sostenida de mayor prevalencia en la práctica diaria de los servicios de urgencias, “siendo responsable del 3,6% de las urgencias generales de nuestro país, del 10% de los ingresos en el área médica y presenta una incidencia y prevalencia crecientes debido a múltiples factores”, según datos del recién actualizado documento de consenso “Manejo de los pacientes con fibrilación auricular en los servicios de urgencias”, elaborado por la Sociedad Española de Cardiología (SEC) y la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES).

“Los ictus constituyen una de las principales consecuencias negativas del mal control de la anticoagulación en los pacientes con fibrilación auricular”, apunta la doctora Egocheaga. “El ictus cardioembólico representa el 20% de los infartos cerebrales y tiene el doble de mortalidad que el resto, además de ser un 20% más grave y un 60% más discapacitante”, añade. Los ictus asociados a la fibrilación auricular “se producen por la acumulación y coagulación de la sangre, ya que el corazón puede llegar a latir hasta 600 veces por minuto, cuando lo habitual es entre 60 y 100”. El coágulo se desprende y viaja por el torrente sanguíneo hasta llegar al cerebro y producir un ictus. Según datos del documento de consenso, la fibrilación auricular aumenta el riesgo de ictus en una proporción de 5 a 1 respecto a la población general.

Reconocimiento de los síntomas de un ictus
Por su parte, el doctor Jaime Masjuan, coordinador de la Unidad de Ictus del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid y Coordinador del Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la Sociedad Española de Neurología, ha explicado la relación entre corazón y cerebro, comentó que los ictus constituyen la principal consecuencia negativa del mal control de la anticoagulación destacando además que “el reconocimiento de los síntomas del ictus por parte de la población y personal sanitario asociado a la idea de rápido traslado al hospital más cercano con unidad de ictus es el primer eslabón de la cadena asistencial”. Según este experto, “el mejor tratamiento para el paciente que ha sufrido un ictus es la atención especializada neurológica en una unidad de ictus”, añade. A este respecto, “el número de estas unidades en España, así como el de centros para tratamiento endovascular, sigue siendo insuficiente”.

Hoy en día, la educación sanitaria es clave para que los pacientes crónicos asuman un rol responsable sobre su enfermedad, garantizándose así la eficacia y seguridad de sus tratamientos. En este contexto, el director general de Atención Primaria de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Antonio Alemany López, ha hecho alusión a la estrategia de atención a la cronicidad que se está llevando a cabo en la capital.

En su compromiso por contribuir a la educación sanitaria del paciente anticoagulado, Boehringer Ingelheim colabora en esta jornada y también ha puesto en marcha la campaña InfoIctus, una iniciativa orientada a fomentar la información y concienciación en torno a la relación entre la fibrilación auricular y el ictus. La campaña ofrece diversos recursos que contribuyen a la educación sanitaria del paciente anticoagulado para promover una actitud responsable sobre su enfermedad y su tratamiento. La campaña pone a disposición de los pacientes diversos materiales impresos en numerosos centros de salud y farmacias, así como otros recursos a través de la página web www.infoictus.es.

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