¿Despilfarro económico en la sanidad de Madrid?

Lola Granada
En España no se pueden seguir manteniendo17 sistemas sanitarios diferentes, 17 criterios o formas de aplicar la asistencia sanitaria a los ciudadanos. Va en contra de los más elementales principios de igualdad y solidaridad por los que debe regirse. En Murcia, Extremadura, Madrid, Valencia, Andalucía, Cataluña o el País Vaco se deben ofrecer el mismo tipo de prestaciones y en las mismas condiciones, sin distinción de ningún tipo, huyendo de ese típico “mucho ruido y pocas nueces”, con el que, generalmente, suelen moverse los políticos, cualquiera que sea su signo ideológico.

El Dr. Emilio Bouza, con una experiencia y notoriedad reconocidas, tras su vuelta de Estados Unidos, es Jefe del Servicio de enfermedades infecciosas y microbiología clínica del Hospital Gregorio Marañón. Acaba de hacer unas interesantes declaraciones en un diario madrileño sobre la delicado situación que está atravesando la sanidad española: 

“Los profesionales de la medicina tienen más claro que nadie los cambios que debido a la crisis deben hacerse en nuestra Sanidad. Las formas y el momento de llevarlas a cabo es lo que debe cuidarse al máximo, partiendo de unos conceptos de claridad y limpieza, lejos de cualquier interés político o privado.

En la Sanidad madrileña se están cometiendo dos errores graves, uno de fondo y contenido y otro de forma. No se pueden proponer unas reformas tan drásticas y profundas como las que se dieron a conocer hace unos meses, sin consultar antes con los profesionales de la medicina y en este caso los políticos están bastante equivocados. Si los gerentes de las empresas privadas son tan listos, que sean ellos solos, no con sus empresas las que vengan a gestionar las instituciones sanitarias públicas, pero no con el aparato administrativo que les suele acompañar. No hay que olvidar, es muy importante, que si realizan su gestión de forma más económica es porque aplican una patología diferente. Es más fácil gestionar más barato si lo que se hace es más sencillo, en lugar de aplicar un tratamiento más costoso. Resalta bastante lamentable que los médicos estén cada vez más alejados de la toma de decisiones importantes- No es de recibo que los políticos pretendan controlarlo todo y solos. 

No estoy en contra del establecimiento de la gestión privada, como se está proponiendo. Solo lo estoy si se hace para dar beneficio a las empresas cuya actividad se centra en el tema de la salud. Como todo el mundo sabe y es lógico, el fin de cualquier empresa privada es generar beneficios.Cuanto mayores sean, mejor. Y que estos, de producirese, no vayan a parar a los bolsillos de sus accionistas. Estimo que, en Sanidad, cualquier beneficio que se genere debe repercutir directamente en los pacientes de la sanidad pública. No a otras manos. Es un derecho básico de los ciudadanos.”

A todas estas consideraciones se unen las últimas noticias que se han dado a conocer en las que se hablan de los desajustes que se están produciendo por ciertas actuaciones políticas en la Sanidad en la Comunidad de Madrid. En ellas se acentúa la voz en este más que discutible despilfarro de la Consejería de Sanidad que pretende a toda costa y sea como sea, arañar de donde no se puede para conseguir ese ahorro de 533 millones de euros que el Consejero Fernández Lasquetty se ha propuesto conseguir en este año. La AMEP, Asociación Madrileña de Enfermería Preventiva está llamando la atención sobre la desaparición del enfermero de prevención y control de infecciones e higiene hospitalario en algunos centros sanitarios públicos de la Comunidad. “Ahorrar en prevención, al final sale caro”. Otra información pone en candelero la situación del nuevo Hospital de Villalba. A pesar de permanecer todavía cerrado, superpasada la última fecha que se anunció para su apertura, la Consejería de Sanidad madrileña está abonando 900.000 euros al mes a Capio en concepto de seguridad, desinfección, desratización, limpieza, mantenimiento de viales, jardines, seguros y amortización de la obra realizada, así lo seguirá haciendo hasta su definitiva apertura. Las mismas fuentes indican que para ahorrarse 21,9 millones de euros la Comunidad ha retrasado un año su inauguración.. Desde Amyts se ha denunciado que este hospital no era necesario.

La Consejería de Sanidad debería salir al paso de estos malentendidos, con objeto de evitar que la bola de nieve de las discrepancias se haga cada vez mayor.

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