IESE apuesta por el copago en Urgencias

La profesora Núria Mas y los asistentes de investigación Laia Cirera y Guillem Viñola de la escuela de negocios IESE han realizado un informe tras una investigación sobre la sostenibilidad del sistema de salud español que se encuentra en el punto de mira de recortes del déficit público. Estos gastos suponen un 9,5% del total del PIB y tienen tendencia a aumentar.

Mientras hay muchas voces que se alzan para airear el término copago como solución principal y prácticamente única, los autores del estudio publican que existen tres opciones no excluyentes para atajar el problema del déficit sanitario:

  1. Promover un cambio de modelo sanitario que mejore la eficiencia en el gasto y responda a las nuevas necesidades de los pacientes crónicos. Esto pasa por entender qué está funcionando correctamente, protocolizar las mejores prácticas e integrar la atención primaria y la especializada.
  2. Priorizar las prestaciones ofrecidas, acotando la lista de servicios que cubre la sanidad pública.
  3. Extender el copago.

La profesora Mas propone implantar un modelo que proteja a los pacientes crónicos y con rentas más bajas para adaptarse a la realidad de la situación económica actual y futura. También apunta que cada tipo de servicio sanitario debería tener una cuota de copago distinta. En su opinión, la medicina preventiva no debería suponer un gran esfuerzo económico para el paciente que acabaría sin usarla y, en cambio, sí que podrían serlo los servicios de urgencias porque “los estudios sobre el copago en otros países demuestran que el hecho de pagar una cantidad más elevada no disuade a los enfermos a acudir a urgencias cuando la situación es realmente grave”.
El copago en los términos que se plantea es un parche porque para asegurar la continuidad de la sanidad pública se debe reformar el sistema completamente.

Los autores del informe consideran que, en caso de optar por el copago, los gestores públicos deberían tener en cuenta los siguientes aspectos:

  • Renta de la población. Se debe proteger a las rentas bajas e incorporar alguna fórmula (como las cláusulas “stop loss”) para limitar el gasto máximo de los pacientes. Debería evitarse el modelo utilizado hoy en el copago de medicamentos, que grava por igual a todos los ciudadanos.
  • Mejor en urgencias. Es preferible aplicar el copago en urgencias que en la atención primaria, siempre que se implante un diseño que permita la protección de los grupos de población más vulnerables.
  • Copago diferencial. Es conveniente aplicar un copago diferencial por tipo de servicio (que sea más bajo o nulo para la medicina preventiva) para evitar la reducción de medidas preventivas como las revisiones periódicas. Además, vale la pena estudiar la posibilidad de establecer pagos superiores para los servicios menos eficientes y menos necesarios.

El informe se ha realizado a través del análisis de los sistemas de copago en Europa, Estados Unidos y Canadá, y se debatirá la semana que viene en el IESE en las XVIII Encuentro del Sector Sanitario.

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