Críticas oportunistas a los recortes sanitarios de Castilla-La Mancha

El aluvión de críticas y reacciones de casi todos los ambientes sociales y profesionales directamente afectados por el anuncio de duros recortes realizado en dos tiempos por la presidenta de Castilla la Mancha, Mª Dolores de Cospedal, especialmente en Sanidad y Educación están siendo foco de estudio.

Algunas de las medidas más polémicas son

  • Recortar en un 3% el sueldo de 70.000 funcionarios de la Administración, de los que cerca de 50.000 pertenecen a sanidad y educación
  • Ampliar de 35 a 37,5 horas la duración de la jornada laboral semanal
  • Privatización de determinados hospitales o la entrada del capital privado en la administración de algunos de los que ya están funcionando
  • Vigilar la jornada laboral de los médicos, las guardias y las bajas, que tendrán que cumplir determinados requisitos de exigencia en aras de una total transparencia

Todo ello con la idea de poder alcanzar un ahorro de 1.800 millones de euros, a base de reducir un 20% los presupuestos generales de la Comunidad. Las circunstancias generales que acosan a la economía española y la herencia dejada por el anterior presidente socialista, José Mª Barreda, son razones suficientes para ejecutar estas nada agradables medidas. Frente a este oscuro panorama, con un acierto muy oportuno, ha hecho dos comentarios bastante expresivos y tranquilizadores. “El sudor de hoy evitará las lágrimas de mañana” y “los ciudadanos no van a notar nada diferente cuando entren a solicitar un servicio en un centro sanitario público”. Se exteriorizará el menor número posible de servicios, solo los estrictamente necesarios, a cambio no habrá ningún tipo de copago, además de que la gratuidad, la universalidad y la calidad de las prestaciones sanitarias estarán garantizadas. Sin duda, todo un programa de intenciones con el que espera que, a final de año el déficit no traspase la línea roja del 9%
 
La Educación también se verá afectada por esta política. Así, “excepto para las rentas más bajas”, los libros de texto dejarán de ser gratuitos. El transporte escolar es otro de los sectores en estudio, así como las universidades públicas.

Las reacciones y los desacuerdos han llegado desde muchas direcciones, haciendo valoraciones personales de todo tipo, alegando que todos estos ajustes no contribuyen a la creación de empleo, aumentarán aún más las actuales cifras de paro. Otras no dejan de ser puramente demagógicas como “la Presidenta es la primera que tiene que empezar dando ejemplo, rebajándose el 50% de los numerosos salarios que percibe o renunciar a varios de ellos y que recorte con la misma dureza las prebendas que con tanta generosidad reciben los parlamentarios y los funcionarios de clase, menos tarjetas a cargo de la Administración, menos coches oficiales y menos subvenciones a asociaciones afines”. A este coro de protestas se ha sumado, entre otros, el coordinador federal de IU, Cayo Lara que ha afirmado rotundamente que todas estas medidas no son nada más que una muestra del totalitarismo económico por el que se rige la Presidenta.

La cascada de recortes, según el portavoz del PSOE de dicha comunidad manchega, José Manuel Caballero, invitan a salir a la calle para conseguir un dique de contención contra las medidas del PP y mantener una movilización permanente frente a las agresiones que contra el estado del bienestar se avecinan.

Ante esta tormenta de opiniones no es extraño que el Presidente electo, en una aparición pública reciente, realizada en Pontevedra, haya declarado “No está esto para cenas, hay demasiados líos”. José Mª Carrascal, en la habitual columna que con asiduidad publica en ABC ha escrito recientemente este jugoso comentario ”La izquierda no defiende el estado general del bienestar. Defiendo “su” estado del bienestar: el de sus paniaguados.

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