Morente contra Moreno, ¿quién defiende al médico?

En la madrugada del 5 de diciembre de 2010, falleció Enrique Morente, “el gran innovador del flamenco” para gran parte de la sociedad. El médico que le operó se está enfrentando a un aparato mediático para el que no está preparado.

Entró al hospital para ser intervenido de un cáncer de esófago, y necesitó una segunda operación de urgencia. Debido a una hemorragia sufrida falleció horas después. Fue intervenido por ely Dr. Moreno, jefe de servicio del hospital 12 de Octubre, y catedrático en una de las mejores universidades de medicina de la capital madrileña, y además, premio Príncipe de Asturias. Pocos tienen su formación, experiencia y reconocimiento. Todo esto confirma que es un buen médico, conoce su profesión. Sí, es verdad que incluso este tipo de facultativo puede tener un error, pero indudablemente no es fácil, y por eso, si cada médico merece el principio de inocencia el Dr. Moreno y todo su equipo también.

Pero se ha dado el caso de que el paciente al que atendió era un personaje público, que en la sociedad en la que vivimos tiene más importancia que un gran profesional de la medicina que salva cientos de vidas. Resulta paradógico que se quiera juzgar algo con tanta complejidad, con un final previsto como es la inocencia de todos los implicados, y no se tenga en cuenta el daño que se está ocasionando con la demora del final del juicio.

La vida pública genera muchas oportunidades de notoriedad y la familia de Enrique Morente la está aprovechando para su propio beneficio. Toda la ira y el dolor de la muerte la están descargando sobre el Dr. Moreno y su equipo. Han puesto en duda su profesionalidad, sus conocimientos, su saber estar, su experiencia… quieren pedir responsabilidades porque no encuentran respuesta al dolor y ahora el equipo médico es la vía de escape, y quién sabe, si estar en los medios facilita la financiación.

El prestigio de un equipo médico no puede estar sujeto a una opinión subjetiva e interesada de quien ha tenido un problema. El prestigio del médico viene por sus muchas horas de estudio, por sus muchas horas de trabajo, por sus muchas operaciones realizadas… La sociedad es cruel en el juicio porque no busca la verdad. Es más fácil buscar un culpable que buscar la verdad, es más inmediato buscar un culpable que buscar la verdad, es más mediático hacer un juicio superficial sin conocimiento que mantener el principio de inocencia.

Después de tantos amigos a la sombra de sus éxitos, después de miles pacientes agradecidos, después de todo el esfuerzo… solo queda una opinión “deformada” y por tanto injusta. Después del juicio mediático, ¿quién les devolverá lo que han perdido?

No importa el resultado porque ya se les ha hecho culpables.

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