El 44% de los padres de adolescentes que consumen alcohol desconoce esta costumbre de su hijo

El inicio en el consumo de alcohol en edades tempranas es un tema de gran calado social. En este contexto, la Fundación Pfizer dedica su IX Foro de Debate Social a abordar el tema ‘Juventud y Alcohol, una cuestión de todos’, que realiza en las instalaciones del madrileño Instituto Joaquin Turina.

“En este foro –señala el profesor Enrique Baca, patrono de la Fundación Pfizer y Catedrático de Psiquiatría-, un selecto grupo de expertos de primer nivel analizan la relación entre alcohol y juventud, al tiempo que se facilitan datos actualizados sobre esta cuestión”.

Para Pedro Núñez Morgades, Patrono de la Fundación Pfizer, “tenemos que lograr que el consumo de alcohol sea responsable, y esto quiere decir que los mayores de edad consuman moderadamente, y tener una tolerancia cero ante el consumo de los menores, porque puede perjudicar a su desarrollo”.

“Como en todas las situaciones sociales problemáticas, continúa el Sr. Núñez Morgades, la mejor medida preventiva es la educación; en este sentido es necesario lograr una intercomunicación mucho mayor entre escuela y padres para coordinar los mensajes hacia nuestros hijos”.

Para conocer esta realidad, la Fundación Pfizer ha llevado a cabo el estudio sociológico ‘Juventud y Alcohol’’, que se puede descargar gratuitamente en la página web www.fundacionpfizer.org, y que ha comprendido un total de 1.675 entrevistas (realizadas a jóvenes españoles de 12 a 18 años, padres y madres, y profesores de la ESO y Bachillerato).

“En la actualidad los jóvenes se inician en el consumo de alcohol a los 13,7 años de edad media, lo que supone más de un año antes de lo que sus padres creen”, afirma el doctor Juan Álvarez, patrono de la Fundación Pfizer, quien añade que “entre las razones para hacerlo prima el deseo de experimentar tras la asistencia a celebraciones o fiestas”. En este sentido, la encuesta revela un importante grado de desconocimiento de los padres sobre los hábitos de sus hijos. 

Valores asociados al consumo de alcohol
Para el profesor Baca “a la hora de abordar este tema hay que tener en cuenta que hay muchos valores contrapuestos que hay que analizar con cautela y con sentido común, como la sociabilidad, la cohesión grupal o el intento de acceder a una vida adulta por un lado y, por otro, la salud, el rendimiento escolar o la integración social positiva”. 

El elevado consumo de bebidas alcohólicas por los adolescentes, se atribuye, habitualmente, a múltiples factores, como la fácil disponibilidad para la obtención de bebidas, la presencia de una ‘personalidad predispuesta’ o ‘viciosa’, la pérdida de valores morales a nivel socio-familiar, la incapacidad formativa y preventiva de la escuela, etc. 

Para el doctor Miguel Casas, catedrático de Psiquiatría de la Universidad Autónoma de Barcelona y Jefe del Servicio de Psiquiatría del Hospital Universitari Vall d’Hebron de Barcelona, “todas estas argumentaciones tienen en común el hecho de que estos factores acostumbran a concluir con una serie de consejos como mayor información-formación en la escuela, una mejora de los programas preventivos o más control y represión del consumo no autorizado, de muy difícil implementación y que, por desgracia, han mostrado pobres resultados”. 

Vulnerabilidad neuro-psicobiológica para las adicciones
Para el doctor Casas es preciso delimitar las importantes diferencias existentes entre el consumo de alcohol y drogas y el desarrollo de un proceso ‘adictivo a estas sustancias’, patología más comúnmente conocida como alcoholismo o drogodependencia. Así, sólo una pequeña parte de los individuos que consumen alcohol (entre un 10 y un 14%) desarrollan un proceso de abuso y dependencia. 

En este sentido, cada vez cobran más peso las explicaciones que proponen la existencia de una serie de ‘factores de vulnerabilidad’ a nivel del sistema nervioso central, que serían los que determinarían el inicio y mantenimiento del proceso adictivo y el desarrollo de una dependencia. 

“Es decir -señala el doctor Casas-, las adicciones no son un vicio, sino una enfermedad biológica que se padece. Ello permite responder a la pregunta que continuamente se están formulando los profesionales que trabajan en el campo de las drogodependencias: ‘¿Por qué solamente algunos de los individuos que prueban las drogas se convierten en adictos?’, siendo la respuesta ‘porque no es adicto el que quiere o las circunstancias le fuerzan a serlo, sino el que, por desgracia, debido a sus factores predisponentes le toca serlo’, teniendo este determinismo causal una base neuro-psico-biológica que se expresa en términos de vulnerabilidad individual”.

Según el doctor Casas “Este enfoque contribuye a cambiar la tan errónea y arraigada creencia de que las drogodependencias son un ‘vicio’”. Así, la denominada ‘Hipótesis de la Automedicación’ propone como principales factores predisponentes para el desarrollo de alcoholismo, la presencia de trastornos psíquicos previos al inicio de la conducta adictiva. Es decir, los individuos que no controlan el consumo de bebidas alcohólicas serían, en realidad, pacientes con psicopatología que se automedican con etanol.  “Por lo tanto, la mejor estrategia preventiva para no desarrollar adicción al etanol y curativa, para revertir la dependencia, es efectuar completos estudios psicopatológicos de los pacientes que abusan o dependen del etanol y tratar el trastorno psíquico que padecen”, concluye este experto.

Consumo de alcohol entre los jóvenes
Alrededor del 70% de los jóvenes españoles entre los 12 y los 18 años reconoce haber probado el alcohol en alguna ocasión; más de un tercio lo consume al menos una vez al mes y más del 10% una vez a la semana. Entre los 16 y los 18 años, más del 50% se ha emborrachado al menos una vez.

A pesar de que la mayoría de los jóvenes afirma estar suficientemente informado sobre los efectos y problemas asociados al consumo de alcohol, sólo uno de cada cuatro se propone dejar de beber o al menos reducir su consumo. 

Entre un 20 y un 30% de los adolescentes sigue admitiendo algunos mitos favorables al alcohol como que beber sólo los fines de semana no produce daños en el organismo, que sólo es malo para la salud si se consume durante muchos años seguidos o que ’no es tan malo como dicen’.

Otro dato significativo es que más de la mitad de los progenitores que tienen hijos consumidores de alcohol les permiten beber. Respecto a la frecuencia con que hablan en casa sobre el alcohol y sus efectos, más de la mitad de los jóvenes encuestados confirma un escaso o nulo contacto con sus padres para hablar de este tema.

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