“Donde no hay dinero no se puede robar”

Lola Granada
Donde no hay dinero no se puede robar” es la conclusión del famoso refrán popular “donde no hay mata no hay patata“. El caso del presidente del Colegio de Médicos de Sevilla, Carlos González-Vilardell, no es el único y muchos otros cargos de corporaciones públicas también han sido denunciados y condenados por llevarse comisiones, utilizar el dinero de todos para fines personales, cobrar dietas ilícitas, robar directamente, etc. Son ejemplos que deben tenerse en cuenta y hay que poner las medidas necesarias para evitar estas “tentaciones”.

Una de las formas más sencillas y habituales de corrupción de los cargos directivos es que los proveedores o patrocinadores paguen una comisión a quien toma las decisiones, independientemente de la calidad y precio de los servicios que se prestan. De esta manera no es difícil encontrar a presidentes y directores generales en las nóminas,  como consejeros con derecho a retribución o con pagos en “A” o “B” de proveedores o patrocinadores de los servicios a los colegiados.

Una de las propuestas más interesantes que llevaba la candidatura de la Dra López Arribas en la campaña del Colegio de Madrid era eliminar los contratos para que el Colegio viviera exclusivamente de las cuotas colegiales y del alquiler de las salas del Colegio, es decir de sus propios recursos. De esta manera, y por estatutos se podrían terminar los contratos con los bancos, aseguradoras, agencias de viajes, coches de alquiler y demás servicios a colegiados que tanto recelo generan entre los colegiados. Con esta medida la Junta Directiva se iba a concentrar exclusivamente en defender profesionalmente a los colegiados y se iban a eliminar los gastos superfluos innecesarios. La propuesta estaba bastante clara porque tenía que conseguir una colegiación útil para los colegiados.

Dado que las posibilidades actuales de “malversación” son  muy amplias, la propuesta del equipo que actualmente dirige el Colegio de Madrid fue muy comentada en los medios de comunicación y en las redes sociales. La única forma de acabar verdaderamente con estos contratos es con la modificación de los estatutos colegiales. El formato de la colegiación registral es la mejor garantía de que no hay dinero para llevarse inadecuadamente.

Tanto en el Colegio de Madrid como en el resto de colegios necesitan de una gran voluntad para llegar a ejecutar esta propuesta de modificación estatutaria.

Si la nueva Junta Directiva del Colegio de Madrid salida de las urnas en el mes de mayo da el paso prometido de presentar una modificación estatutaria durante los próximos meses entonces habrán dado un importante paso para sus colegiados y para el resto de colegios porque tendrán un modelo.

La denuncia al Dr. González-Vilardell puede significar la última gota que colme el vaso de una colegiación agotada por sus dirigentes, es el mejor camino para que no haya protestas ante la próxima desaparición de los colegios en su formato actual.

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