El Instituto Carlos III pasa a formar parte de la Paz de Cantoblanco

Isabel González
Los planes de ahorro de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid siguen su curso. Esta vez le toca el turno al Hospital Carlos III que pasa a formar parte, como centro de media estancia, en la red del Hospital La Paz Cantoblanco. “Deja de ser un hospital”, sentenciaba la Viceconsejera de Asistencia Sanitaria, Patricia Flores, “deja de ejercer su función de apoyo para las listas de espera de la red sanitaria madrileña”.

Pero hace menos de un año desde Sanidad, en el Proyecto de Presupuestos de la Comunidad, se aseguraba la potenciación de sus unidades, servicios y actividades ya que según las encuestas de satisfacción obtenidas, era un hospital de referencia en calidad y asistencia. Ahora según la Consejería de Sanidad se trata de un gasto innecesario que debe desaparecer. Para justificarse, Flores explicaba que su propósito es el ahorro, pero este ahorro supondrá el despido del personal eventual e interino pero también sanitario y facultativo, sin derecho a indemnización. Pero lógicamente, como ya ha pasado en otros hospitales, esta reducción de personal en el ámbito sanitaria, supondrá una reducción de la calidad asistencial así como el aumento de las listas de espera. “Por el momento, no disponemos ni de un cronograma, ni de una cantidad estimada de ahorro ni del número de eventuales e interinos a los que, a partir del 31 de junio, se les rescindirá el contrato”, concluía la Viceconsejera.
 
Solo se conservaran las unidades de excelencia, aunque no aclaran si en el mismo Carlos III o se trasladaran a otros centros y la reducción de empleados se hará en acuerdos entre los dos hospitales, intentando una equidad, aunque desde la Comisión dudan de ella, “la dudosa calidad y el riesgo de caer en falta de equidad y eficiencia, olvidando que el objetivo prioritario de estos centros es la recuperación funcional del paciente” y añaden, “a priori, parece que la Consejería de Sanidad está primando el ahorro económico a corto plazo sin preocuparse por el precio en calidad y capacidad asistencial que eso pueda acarrearle al sistema sanitario a medio y largo plazo”.

Antoni Andreu, que desde el 2 de marzo de 2013, pasó a ser director del Instituto de Salud Carlos III, fue el encargado de realizar un discurso sobre la problemática de la investigación en esta época de crisis en las jornadas organizadas por la Fundación Ramón Areces. A este respecto, Andreu explicaba como este año lo considera como “la explosión” de las órdenes incluidas en la Ley de la Ciencia que lleva todavía en proceso desde hace dos años.

La Ley de la Ciencia, establece las competencias de coordinación general de la Administración General del Estado que la Constitución le atribuye, pero sin olvidar el fundamental papel de las Comunidades Autónomas en la ejecución de la política de investigación y persigue crear un esquema para el desarrollo profesional del personal investigador entre otros apartados. Entre sus principales novedades se cuenta la regulación de la movilidad entre entidades públicas y el sector privado de manera muy ambiciosa, la creación de contratos laborales específicos para investigadores y la asunción, de una manera muy clara, de la evaluación del desempeño a los efectos de carrera profesional en los organismos públicos de investigación de la Administración General del Estado. Aunque según argumentaba Andreu todavía no se ha llegado a poner en práctica esta Ley y la preocupación sobre los jóvenes investigadores aumenta, aunque en las próximas dos semanas saldrá en el BOE la Acción Estratégica en Salud 2013-2016, “Si no actuamos ya para ayudarles, dentro de unos años no habrá nadie a quien cederle el testigo”, criticaba Andreu.

“Por primera vez, y esto es histórico, nuestra estrategia se alinea al cien por cien con la de Horizonte 2020”, comentaba respecto a la estrategia conjunta con Europa. Horizonte 2012 se engloba dentro del Programa Marco de investigación de la Unión Europea. Se trata de futuras perspectivas financieras de la UE desde 2014 a 2020, dotado de 80.000 millones de euros para la “Unión por la Innovación” que servirá para un crecimiento inteligente, sostenible e innovador. Es un gran apoyo desde Europa que ayudará a ofrecer importantes oportunidades de negocio y la mejora de la calidad de vida de la población. “Queremos a nuestros científicos e innovadores  en el laboratorio o en el taller, en lugar de rellenando formularios” ha dicho la comisaria  de Investigación, Innovación y Ciencia, Máire Geoghegan-Quinn, quien defiende este proyecto para que haya menos burocracia y más acción ya que las reglas serán iguales para todos.

Los Institutos de Investigación Sanitaria, los Centros de Investigación Biomédica en Red y las Redes Temáticas de investigación cooperativa sanitaria, tendrán todo el peso en cuestiones como la gestión de eficiencia de forma interna, “Ya no es tiempo de que decida el Instituto o el Fondo de Investigación Sanitaria; cada centro, con su equipo de dirección y gerencia, debe priorizar en la búsqueda de excelencia”.

Desde un comunicado de los profesionales del Hospital Carlos III, se transmitió el miedo y preocupación que se tiene sobre el proceso de estas medidas y su repercusión en la calidad asistencial al paciente.

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