La educación en salud es la principal arma contra la diabetes tipo 2

En España hay más de 5 millones de personas con diabetes, aunque 2 millones de ellos desconocen que padecen la enfermedad. Además, se trata de una dolencia que cada vez afecta más a menores y, según la Asociación Española de Pediatría y la Sociedad de Endocrinología Pediátrica, cada año se diagnostica la enfermedad a 1.000 niños. De hecho, en los últimos años se han duplicado los casos de niños con diabetes, que ya alcanzan los 10.000 que están controlados en unidades de endocrinología pediátrica. Además, existe una relación directa entre el aumento de casos de diabetes en la población infantil y el incremento de los casos de obesidad entre este sector poblacional, debido también, en parte, a que cada vez hay un mayor índice de sedentarismo, se ingieren demasiadas calorías y se consumen pocas frutas y verduras. 

Así las cosas, se necesitan medidas urgentes y efectivas en la prevención y control de la enfermedad y de sus complicaciones y requiere que todos los agentes implicados: administraciones públicas, profesionales médicos, enfermeros, nutricionistas, psicólogos, familiares y, sobre todo, pacientes trabajen de forma conjunta. En primer lugar, hay que formar al personal sanitario que debe explicar de manera clara al paciente la gravedad y las consecuencias de la diabetes si no se cuida y se controla adecuadamente. Tiene que adaptar el lenguaje a cada persona con diabetes, para que comprenda la patología, pueda ser autónomo en su gestión y, con ello, se adhiera al tratamiento. Es importante que asuma la enfermedad sin que suponga temor la palabra “crónico” y, en este sentido, hay que apostar por programas de formación específicos: ayuda psicológica para aceptar la patología, terapias innovadoras, asistir al endocrino, etc. Según Ángel Cabrera, presidente de la Federación de Diabéticos Españoles (FEDE), “para apostar por la educación en diabetes hace falta que cambien las políticas sanitarias, que no se produzcan recortes que, a largo plazo, van a suponer un mayor coste para el sistemas sanitario y se definan estrategias de formación de futuro y, no sólo para los 4 años que dura una legislatura”. 

Asimismo, los pacientes y sus familiares deben hacer un uso responsable de los servicios del Sistema Nacional de Salud y del material sanitario para el control de su diabetes; preguntar todas aquellas dudas sobre la patología o tratamiento, y asistir a las terapias que considere oportuno su equipo médico. Es una realidad que la integración de la educación diabetológica  y asistencia psicológica tanto a pacientes como a familiares ha disminuido el impacto de esta enfermedad, ha ayudado a asumirla y a ser más proactivos con los tratamientos, lo que fomenta la adherencia a los mismos y favorece que se pueda llevar una vida lo más normal posible. En este sentido es necesario que se informe y se intente prevenir la patología, apostando por la formación específica e individualizada.

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