Los médicos de Familia exigen poder prescribir los nuevos anticoagulantes orales en toda España

Los médicos de Familia denuncian la existencia de diferencias en su capacidad para prescribir los nuevos anticoagulantes orales (NACO) entre las distintas comunidades autónomas. La Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) y la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), han alertado conjuntamente del necesario cambio de enfoque respecto al modelo clásico de control de la anticoagulación en España, para centrarlo en el paciente y en su ámbito más próximo, la Atención Primaria (AP).

La fibrilación auricular (FA) es la arritmia más frecuente en AP y su prevalencia se estima en un 4,4% de la población adulta española, alcanzando en pacientes ancianos tasas que pueden llegar a triplicar esta tasa. Su importancia radica principalmente en su estrecha relación con el ictus, que es una causa mayor de mortalidad (primera causa en la mujer en nuestro país) y la primera causa de discapacidad, asociándose a un coste sanitario y social muy elevado.

La incorporación de los NACOs al arsenal terapéutico supone una buena noticia para poder controlar mejor la fibrilación auricular y, en consecuencia, el riesgo de ictus. Sin embargo, las diferencias para su prescripción por CC.AA. o la aplicación de un visado de inspección a los mismos pueden convertirse en una barrera para el acceso de los pacientes a un tratamiento efectivo.

Un estudio reciente realizado en AP en España, en más de dos mil pacientes con FA, ha documentado que más del 80% reciben anticoagulación oral, y su seguimiento se realiza en el ámbito de la AP en el 72% de los pacientes. Estos datos ponen de manifiesto que la AP tiene un papel primordial en la gestión clínica del paciente anticoagulado y que el nivel de competencia de nuestro sistema es más que aceptable. En este contexto, es el médico de Familia quien antes y mejor puede percibir y valorar las situaciones de mal o insuficiente control, por su proximidad y continuidad de cuidados y la responsabilidad adquirida en el seguimiento del paciente crónico.

Sin embargo, continúa habiendo evidentes diferencias en la capacidad de prescribir de los facultativos según la comunidad autónoma y, por tanto, del ámbito geográfico, lo que determina serias barreras para el acceso de los pacientes al tratamiento, a veces tan solo por escasos kilómetros.

Las tres sociedades científicas han criticado el actual sistema de visado de inspección para los nuevos NACO’s, ya que consideran que es un procedimiento obsoleto en un modelo de AP que ha demostrado ser eficiente desde hace más de 25 años.

En estas siete CC.AA., el médico de Familia debe derivar al paciente a la atención hospitalaria para la prescripción de un fármaco anticoagulante. Es un hecho insólito que pueda prescribir y manejar fármacos menos predecibles o más complejos y se impida su acceso a los nuevos NACO’s. Más allá de las consideraciones sobre la capacitación clínica y responsabilidad, esta barrera retrasa notablemente y dificulta el acceso a los pacientes a un tratamiento eficaz y al menos tan seguro como los previos.

Las tres SS.CC. de AP afirman que, aunque se desconoce el impacto sobre resultados en salud de los pacientes que el visado puede conllevar, sobre todo cuando es utilizado con finalidad meramente económica en enfermedades crónicas y prevalentes propias de la AP, está claro que se produce una pérdida de oportunidad, debido a las demoras de tiempo adicionales y a la inducción a la sustitución del fármaco por otro distinto que no precise visado, pero no equivalente.

No obstante, las sociedades de Primaria inciden en que no se trata de prescribir estos anticoagulantes orales a todos los pacientes, sino solo a aquellos en los cuales su utilización está indicada y justificada por las guías de práctica clínica.

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