La eSalud debe comunicar sus ventajas para despegar en España

La Asociación de Economía de la Salud (AES) ha presentado un documento sobre el diagnóstico del Sistema Nacional de Salud (SNS) a partir de las aportaciones realizadas por varios de sus socios, con el objetivo de contribuir al debate que precedería a un eventual Pacto por la Sanidad. En él se valoran los cambios introducidos por iniciativas legislativas recientes y se hacen propuestas de mejora. De dicho documento ya se ha dado a conocer el primer capítulo. Una de las conclusiones es que “se debería ir abandonando la gestión sanitaria basada en compartimentos estancos con mentalidad de silo y orientar los recursos según el coste justificado de la atención integral que requiere un paciente, al margen de dónde la reciba. Esto es, los recursos tienen que reorientarse para pagar por aquello que se desea obtener: resultados en salud”.

En el documento, al menos en el resumen que se ha dado a conocer, no se hace ninguna mención a la tecnología sanitaria, pero esos criterios son los que subyacen en los inversores que creen en las TICs en salud: movilidad y valoración por resultados, según comentaba la directora de un importante fondo de inversión en el reciente Mobile Health Summit celebrado en Washington.

La eSalud puede conseguir la cuadratura del círculo en la asistencia sanitaria: los mejores servicios al menor coste. Por ese motivo, servicios sanitarios públicos y privados de todo el mundo están apostando por ella. Ello incluye pacientes crónicos que están controlados a distancia con aplicaciones móviles y biosensores (con lo que evitan costes de desplazamiento, sobremedicación e ingresos en urgencias), profesionales sanitarios interconectados (con lo que se eliminan duplicidades de pruebas y contraindaciones), vademecums y protocolos actualizados en la tablet del médico, y gestores que disponen de información actualizada de multitud de variables cruzadas a través de programas de gestión y pagos en la nube, entre otros.

Sin embargo, la eSalud no acaba de despegar en España y muchos de los programas eficaces de gestión, screening o actualización de protocolos no se conocen ni por los propios profesionales que deben utilizarlos. ¿Qué falla? Sin duda la comunicación. Como se puso de manifiesto en el simposio COMeSalud que organizamos el pasado mes de junio, lo que no se comunica es como si no existiera.

Si las autoridades y los gestores de centros privados o aseguradoras transmitieran a los pacientes que, desde su casa, pueden acceder a los mejores médicos de cada especialidad, aunque estén en otra población, y que siempre habrá un profesional de la salud que controle su enfermedad crónica, por ejemplo, obtendrían su total apoyo. Un apoyo que se traduce en votos o en más potenciales clientes. Lo mismo podría decirse de los profesionales sanitarios, que al saber que estas tecnologías están disponibles para ellos se sentirían más escuchados, con más herramientas eficaces de trabajo y con más tiempo para dedicarlo a la asistencia y no a la burocracia. Es la hora de comunicar.
..Carlos Mateos

Opinión

Multimedia

Economía

Accede a iSanidad

Síguenos en