¿Quién tiene competencia para evaluar la competencia profesional del médico?

La presentación de la guía “El Buen Quehacer del Médico”, el manual de la OMC para orientar a los médicos en conductas y actitudes, ha dado mucho que hablar en diferentes ámbitos profesionales. A la vez que se propone que los médicos tengan una actitud acorde con las expectativas de la sociedad y se comporten de una manera éticamente irreprochable marcada por una doctrina deontológica se propone una idea de evaluación periódica para los médicos.

Si la formación, de manera genérica, está entregada al ámbito académico, que lo forman docentes de diferente cualificación como pueden ser catedráticos, decanos, jefes de servicio, investigadores… y una amplia lista, seguramente la evaluación periódica también debería ser validada por el mismo ámbito, que es el oficial.

El riesgo de una “acreditación de la competencia” como propone la OMC a través de Rodríguez Sendín, no es permitir que sigan los que tienen esta acreditación, sino qué hacer con los que no la consigan, ¿se les manda a estudiar?, ¿cursos de habilitación?, ¿cambio de profesión?… Es de suponer que la mayor parte de los médicos sí tendrán ese nivel necesario para obtener la acreditación, especialmente los que se dedican a la docencia y están al día.

Rebuscando entre los miembros de la asamblea de presidentes de la OMC no es fácil encontrar a catedráticos, decanos, jefes de servicio, investigadores… de hecho hay poquitos, muy poquitos.

Cuando se plantea hacer la “acreditación periódica”, ¿también para los presidentes deben obtenerla?, ¿cómo quedaría un presidente que no consiga dicha acreditación?, ¿deben ser los presidentes los primeros en pasar esta primera validación?.
..Alfonso González

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