Las unidades de gestión clínica, una oportunidad para la eficiencia

Las unidades de gestión clínica son una realidad cada día más cercana y extendida. Su puesta en marcha en proyectos piloto ha dado paso a la llegada de distintas normativas autonómicas que regulan su estructura, como en el caso de Galicia. En otras autonomías, como Madrid o la Comunidad Valenciana, la experiencia tiene una trayectoria más dilatada en el tiempo. Estas unidades son, según han coincidido un grupo de expertos reunidos por Sanitaria 2000 y Carburos Médica en la jornada ‘Asistencia transfronteriza y gestión clínica’, una vía para mejorar la eficiencia de los sistemas sanitarios. En este sentido, Miguel Ángel Herráiz, director del Instituto de Salud de la Mujer José Botella Llusiá del Hospital Clínico San Carlos, ha apuntado que estas experiencias de gestión clínica “buscan la excelencia al tiempo que ordenan el gasto en un marco de eficiencia”. Ese camino hacia la eficiencia debe tener como aliado al personal, que debe implicarse en la gestión, persiguiendo en esencia ofrecer al usuario la mejor atención de forma que queda satisfecho, y todo en ese entorno eficaz. Esa atención al paciente, además de excelente y eficiente, debe ser integral. Es decir, debe coordinar a los profesionales implicados en el diagnóstico y tratamiento del paciente. Según ha explicado Julián Pérez-Villacastín, director del Instituto Cardiovascular del Hospital Clínico San Carlos, la entidad que dirige, una unidad de gestión clínica, “ha sido la oportunidad de hacer que los profesionales que trabajan con los mismos pacientes trabajen juntos”. Así, en su Instituto se coordinan cardiólogos, cirujanos vasculares y cirujanos cardiacos, pero también profesionales de enfermería, la docencia o la investigación. La puesta en marcha de estas unidades necesita, además de la implicación de los profesionales, un liderazgo decidido y un apoyo institucional, pero también una política de comunicación interna y el apoyo de sistemas de información para luchar contra las ineficiencias en la gestión. En este sentido, Pérez-Villacastín ha asegurado que, de acuerdo con su experiencia, “la adopción de sistemas de gestión clínica puede permitir a los clínicos contribuir a la sostenibilidad del sistema”, un sistema que, además, puede garantizarse de este modo la participación de los profesionales en su gestión, incorporar innovaciones tecnológicas y farmacéuticas e introducir elementos de motivación profesional.
(Redacción Médica)

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