Novartis y Roche sancionadas en Italia y denunciadas en España por entorpecer fármacos más económicos

El pasado mes de marzo las autoridades antimonopolio de Italia sancionaron a las empresas Novartis y Roche con una multa de 182,5 millones de euros (250 millones de dólares) a las dos farmaceúticas suizas, con sede en Basilea.

Según las aclaraciones de las autoridades italianas, la sanción se debe a la alianza que ambas empresas hicieron para impedir la distribución en el mercado del medicamento “Avastín” fabricado por Roche, para favorecer la del “Lucentis”, un específico más costoso preparado por Novartis. Como ya se conoce, el “Avastín” se suele emplear para el tratamiento de la degeneración macular relacionada con la edad; (AMD), según sus siglas en inglés.

Las autoridades italianas determinaron que la cuantía concreta para cada empresa sería de 92 millones de euros para Novartis y, 90,5 millones para Roche. Como era de esperar, ambas empresas además de rechazar las acusaciones que las autoridades italianas han realizado, han declarado que apelarán dicha resolución. Las citadas autoridades italianas han declarado que esta conducta de impedimento le ha costado al servicio de salud italiano, solo en el año 2012, un incremento adicional de 45 millones de euros. Cifra que podría llegar a sobrepasar los 600 millones anuales en el futuro.

Aún cuando la idea general es que las respectivas multas resultan relativamente pequeñas, si son, en cambio, una prueba innegable del control que se hace sobre este tipo de empresas, relacionado con la distribución y venta de ciertos productos. En este caso concreto se da la circunstancia de que si el “Avantis” no está autorizado por la AMD, la distribución del “Lucentis” funciona de la misma forma.

Un estudio clínico realizado en 2011 determinó que el “Avastín” (un específico de uso hospitalario antitumoral de Roche para el tratamiento del cáncer de mama, pulmón y colorrectal) solía tener casi los mismos resultados que el “lucentis”, pero con más efectos adversos.

Según considera la OCU en el escrito de la denuncia que ha realizado ante Sanidad, los productores de estos dos específicos (dos grandes empresas fabricantes de medicamentos) se han puesto de acuerdo para presentar el “Avastín” –el más barato- como poseedor de un determinado efecto más peligroso que el “Lucentis”, con objeto de influír en las prescripciones médicas y en las de los servicios de salud.

Según la denuncia de la OCU el “Lucentis” es cien veces más caro: mientras que la inyección de “Avastín” puede costar 8 euros, la de “Lucentis” puede elevarse a 891.

La comercialización del “Lucentis” que Novartis realiza fuera de Estados Unidos es bastante importante para esta sociedad, dado que suele obtener por él unas ventas anuales de 2.380 millones de dólares. Es el tercer específico más importante dentro de su amplia cartera de productos.

Para Roche, la comercialización que de “Lucentis” hizo en Estados Unidos durante el pasado año le supuso unos ingresos de 1.690 millones de francos suizos
Según indica la Presidenta de la Sociedad Española de Retina y Vitero (SERV), Marta Suárez Figueroa, la normativa en España establece que el primer tratamiento que se tiene que aplicar en una enfermedad tiene que estar aprobado por las autoridades sanitarias para dicha indicación. No obstante, añade, hay fármacos aprobados para una enfermedad que demuestran ser útiles para otras, como es el caso del “Avastín”, que fue autorizado para el cáncer de colón y ahora se utiliza fuera de lo que se especifica en su ficha técnica, por vía intraocular en la DMAE. Lo normativa española permite el uso de estos medicamentos fuera de la indicación cuando con el tratamiento de primera elección –el autorizado- no se obtengan resultados. Es decir que el “Avastín” queda como terapia alternativa para los pacientes en los que “Lucentis” ni EYLEA – un nuevo específico de Bayer con precio similar a “lucentin”, disponible desde marzo, ofrecen respuestas. Una decisión que queda al criterio del oftalmólogo. La pregunta que, como consecuencia surge de esta idea surge, es ¿por qué no están autorizados todavía si la eficacia que demuestran es similar?

Son cuestiones difíciles de resolver porque, además, necesitan tiempo. Ante esta disyuntiva, Sanidad, con gran criterio, igual que Italia, está estudiando la posibilidad de tomar medidas.
..Lola Granada

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