Kuala Lumpur en primera persona

Kuala Lumpur es la capital de Malasia, una enorme urbe con una población mixta, mestiza y muy educada. Su nombre significa confluencia fangosa, debido a que en esta ciudad confluyen dos ríos: Gombak y Klang.

Situada al sur de la península de Malaca, en el valle Klang, se caracteriza principalmente por su crecimiento urbanístico. Además de presumir de contar con las increíbles Torres Petronas, la capital malaya posee una arquitectura que mezcla todo tipo de estilos: desde edificios coloniales a otros con tradiciones islámicas y malayas o edificaciones postmodernas.

Kuala Lumpur fue fundada en 1857 siendo una ciudad perteneciente a una colonia inglesa. Durante la Segunda Guerra Mundial, Japón invadió esta localidad durante 44 meses, hasta que el comandante en jefe de la Séptima Zona japonesa en Singapur y Malasia se entregó a la administración británica tras los bombardeos atómicos que ocurrieron en Nagasaki e Hiroshima. En 1957 Malasia obtuvo su independencia del imperio británico y Kuala Lumpur volvió a ser la capital en 1963.

Con respecto a la población, decir que es una ciudad donde conviven distintas culturas como malayos, chinos e indios. El islam es la religión más practicada, pero hay otras frecuentes como el hinduismo o el budismo.

Gracias a las excursiones organizadas por la agencia Maatic Tours, conocimos con todo tipo de detalles este paraíso tan diverso y vivimos en primera persona tanto el enorme calor como los altos niveles de humedad. Pronto comprobamos que es una tónica general en Asia, que sólo parece tener una estación: un verano sofocante.

Llegamos al aeropuerto procedente de Phuket, donde nos esperaba un chófer de la compañía Green Path Transfers. Sin ninguna demora, nos acompañó hacia un vehículo para 7 personas y nos trasladó al Crossroads Hotel. El aeropuerto se encontraba a 45 minutos del centro de la ciudad, por lo que el tiempo ahorrado y la comodidad que nos ofreció esta compañía fue magnífica. Hay que destacar la amabilidad con la que fuimos tratados y el impecable servicio ofrecido, tanto en el traslado de ida hacia nuestro hotel como en nuestro traslado de vuelta hacia el aeropuerto.

A pesar de que el Crossroads Hotel no se encontraba en una zona totalmente céntrica, tenía una serie de ventajas. Era una zona tranquila con una agradable constante: el silencio. Las bocinas de los coches y las motos quedaban en segundo plano. Un mercadillo cercano ofrecía productos interesantes y económicos. Además estábamos rodeados de una gran cantidad de restaurantes, principalmente hindús. También era sorprendente la gran oferta de comida callejera, a cualquier hora del día o de la noche. El traslado al centro es posible a través de un monorraíl, cuya estación estaba justo frente al hotel.

Las habitaciones del hotel eran limpias, espaciosas y equipadas con aire acondicionado, televisor de pantalla plana y teléfono. Para arrancar la jornada cargados de energía pudimos disfrutar de un desayuno continental por un precio muy asequible. El propio camarero elaboró varios platos a la carta y los sirvió recién hechos.

Nuestro tour por la ciudad empezó bastante temprano. El personal de Maatic Tours nos vino a recoger en la puerta de nuestro hotel y comenzamos visitando el nuevo Palacio Real. De ahí nos trasladamos al Monumento Nacional, que rinde homenaje a los caídos por la libertad de Malasia. Éste se encuentra cerca del Lake Gardens, donde pudimos refrescarnos en una cafetería con vistas hacia él, y donde se podía disfrutar de una gran variedad de flora y fauna autóctona.

A continuación, los chicos de Maatic Tours nos llevaron hacia la Mezquita Nacional llamada Masjid Negara. Tiene un minarete de 73 metros y el techo principal es una estrella de 16 puntas realizado en hormigón. Su capacidad es para 15.000 personas y alrededor hay unos 53.000 metros cuadrados de preciosos jardines con lagos y fuentes.

También tuvimos tiempo para hacer compras en establecimientos artesanales, como es el caso del Cocoa Boutique, uno de los principales locales de la ciudad para comprar regalos tradicionales y degustar distintos tipos de chocolate.

Tras una breve pausa para almorzar, donde podíamos ir a cualquier lado o pedir opinión a la guía local, continuamos viendo esta maravillosa ciudad visitando el templo indio de Sri Mahamariamman, que cuenta con un diseño exterior único. A continuación nos dirigimos hacia las cuevas de Batu, que es una colina de piedra caliza que posee una serie de templos cuevas y a la que se accede subiendo una gran escalera.. Desde abajo pudimos observar una gran estatua de color dorado de Marugan, el dios de la guerra, de unos 42 metros de altura.

Otra excursión que nos desaprovechamos la posibilidad de hacer con Maatic Tours fue la de disfrutar de un tour nocturno por Kuala Lumpur. Empezamos visitando el mercado de falsificaciones de China Town, lugar donde nos dejamos una buena suma de nuestro dinero. Ropa, bolsos, relojes, cinturones, zapato de grandes marcas al alcance de todos. Las falsificaciones minuciosas exigen observar con detalle el producto para distinguirlo del original.

Durante este tour nocturno también pudimos captar las mejores panorámicas de los edificios más importantes que nacen del suelo de esta gran ciudad: las famosas Torres Petronas. Si alguna vez se deciden por subir al Menara Kuala Lumpur, cuya antena alcanza los 421 metros de altura, podrán disfrutar de unas vistas panorámicas magníficas y difícilmente superables, y podrán obtener otra imagen de las famosas Torres Petronas, las que un día no muy lejano fueron el techo del universo, y a día de hoy son las torres gemelas más altas del mundo.

Gracias al gran programa de actividades que nos organizó el personal de Maatic Tours, pudimos aprovechar al máximo nuestra estancia en Kuala Lumpur. De no haber sido por ellos hubiera sido imposible el visitar todos los lugares emblemáticos de la ciudad, con la ventaja de que además fuimos informados a la perfección de la interesantísima historia que lleva detrás cada rincón.

Singapur, capital del lujo exótico
Singapur se presenta al ojo del turista como una ciudad a completar. Grandilocuente por la ingente cantidad de rascacielos, hoteles lujosos y excentricidades del país que se sabe poderoso, pero a la vez inacabada por la enorme cantidad de grúas que copan su horizonte o por la ausencia de símbolos consolidados como otras grandes metrópolis.

Se puede decir que Singapur está trabajando para convertirse en un punto de referencia de Asia, pero que todavía tiene mucho camino por recorrer. El complejo Marina Sands, con su inimitable piscina a más de 300 metros de altitud, su casino y su centro comercial con las marcas más globales del planeta, deja claro que nos encontramos en país de altos contrastes. Si bien, la riqueza es una constante en un pueblo que vive del comercio mundial, también es cierto que existen zonas de la ciudad que no disfrutan de una posición tan privilegiada como Little India o China Town.

En la zona hindú, quizá la más pobre de la ciudad, destaca el Sri Srinivasa Temple como lugar de culto, aunque si realmente quiere vivir una experiencia próxima al país visite el Tekka Center, donde podrá degustar la comida típica del país y podrá comprar algunos productos propios como bolsos o joyería. Quizá los olores no sean agradables para algunos visitantes.

La zona hindú suele ser cara con el turista, a diferencia de China Town, donde se pueden encontrar auténticas gangas como kimonos o lámparas típicas a menos de 10 euros y con una calidad aceptable. China Town es el barrio de compras por excelencia y quizá lo más llamativo es que no entran al trapo en las negociaciones; todo tiene un precio establecido y de él no se mueven los comerciantes. Además, llama poderosamente la atención el trato con los ‘ladrones’. A quien pillen robando un souvenir puede acabar en la cárcel.

Para alojarse en esta gran ciudad recomendamos el Klapsons, The Boutique Hotel. Este moderno y lujoso hotel, a tan sólo 20 minutos andando del circuito nocturno de Fórmula 1 o del emblemático Merlion Park, ofrece unas habitaciones con ducha personalizadas en cada una de ellas, no hay ninguna igual que otra.

El hotel destaca por su modernidad y amplitud, siendo la recepción en forma de cápsula espacial un elemento muy distintivo del resto. Las habitaciones cuentan con todas las comodidades que se pueden encontrar en un hotel occidental como televisión con pantalla plana, máquina de café, cortinas a control remoto o soporte para iPhone. El hotel, además, deja detalles de la exclusividad existente en Singapur con útiles de baño de marcas de alta gama como Dior.

Otro atractivo para el turista es la presencia del casino en el complejo Marina Sands. Este casino ofrece bebidas gratuitas a sus visitantes y cuenta con espacio para más de 5.000 personas de forma simultánea. Es como trasladarse a Las Vegas, pero con una diferencia evidentemente monetaria. La apuesta sencilla en Estados Unidos sale por 5 euros, en Singapur cuesta tres veces más.

Por algo Singapur pretende hacerse un hueco en el mundo como uno de los sitios más exclusivos.
..Jesús Buitrago

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