El Doctor Ralph Corey es el principal autor de un estudio publicado en The New England Journal of Medicine para resolver algunas de las infecciones bacterianas más graves. La ventaja de este nuevo fármaco, un antibiótico glicopéptido semi-sintético desarrollando para el tratamiento de las infecciones Gram-positivas graves, encuentra su principal potencial en la reducción de dosis. Esta reducción es esencial porque los pacientes dejan de tomar los antibióticos cuando se sienten mejor, lo que puede llegar a suponer que las bacterias que sobreviven evolucionen para desarrollar una resistencia a los medicamentos preparados para destruirlas.
“La actividad prolongada es lo que hace distinto a la oritavancina” dijo el investigador en la presentación del estudio, lo que supone una verdadera esperanza para la Organización Mundial de la Salud, que espera que sea una mejora real de los fármacos que van perdiendo eficacia, pero sobre todo puede ayudar a reducir las estancias hospitalarias con su consiguiente ahorro de costes.
La investigación sobre la Oritavancina duró tres años en los que se realizaron dos ensayos clínicos en los que participaron 2.000 pacientes, de los cuales 475 tomaron el fármaco de la investigación de manera aleatoria, y 479 tomaron dos dosis diarias de vancomicina durante un periodo de siete a diez días. Finalmente se demostró que es tan efectivo como una inyección de dos dosis diarias durante un periodo de 10 días, aunque en 2008 la FDA consideró insuficiente sus datos para justificar la aprobación de comercialización por falta de seguridad y eficacia.
..Lola Granada