El desafío separatista de Cataluña afecta directamente a la sanidad, que es utilizada como herramienta de promoción y para significar una diferencia. Los pacientes tienen que sufrirla y los médicos aplicarla.
El Sistema de Emergencias Médicas (SEM) es la empresa pública de la Generalitat de Cataluña que tiene la responsabilidad de las urgencias extrahospitalarias. Del SEM depende la subcontratación de ambulancias y personal sanitario, así como su coordinación. También el que en las emergencias, urgencias y atención a enfermos y heridos se hable en sólo en catalán, como demuestra la circular de una de las empresas contratadas por la Generalidad para cubrir el servicio de ambulancias en Barcelona, Hospitalet y Reus, que dice textualmente “os recordamos que el catalán es el único idioma autorizado por el SEM para la comunicación diaria con las unidades (alude a la dotación humana de las ambulancias, técnicos sanitarios y conductor), tanto por emisora como por teléfono”.
Las órdenes de la Generalitat son estrictas y escuetas, de obligado cumplimiento, de hecho los operadores telefónicos de las emergencias médicas en Cataluña han podido constatar que se les ha sometido a “escuchas selectivas” y muchos “gestores” alegan que en una gran cantidad de ocasiones hay conductores que no entienden bien los nombres de las calles o la descripción de la urgencia en catalán y que les hablan en castellano para facilitar la rapidez de la intervención.
Libertad Digital informó que ya hubo un problema serio en el traslado de un enfermo desde Baleares al Hospital Vall d’Hebron porque dos miembros del SEM no que no reconocían a la Guardia Civil como autoridad competente por considerarlo “un cuerpo policial de un estado opresor que no reconocen” y se negaban a dar sus nombres.
La gestión de las emergencias en Cataluña es una muestra más de una sanidad al borde del colapso, ahogada financieramente por la Generalitat y con un deterioro imparable hacia los pacientes que solo la profesionalidad del personal está sosteniendo.
..Lola Granada
