La elección de María José Sánchez Rubio como secretaria de Salud del nuevo aparato del PSOE encabezado por Pedro Sánchez no deja de ser una circunstancia con clara vocación electoral. La sanidad vende, y la defensa de la sanidad pública está de moda.
Pedro Sánchez reorientó su discurso para que no hubiera dudas, el texto original de su programa se centraba en la gratuidad de los servicios públicos, y bajo el título “sanidad y educación gratuitas para todos” se soltaba diciendo que “mi compromiso consiste en ajustar la prestación de los servicios sociales básicos en función de la renta de cada ciudadano siguiendo el modelo de algunos países avanzados“, un discurso que pudiera interpretarse como cercano a los copagos, y por eso cambió a “ampliar el catálogo de prestaciones gratuitas a aquellos que no puedan sufragarlas“.
Ahora, una vez que se ha conocido el nombramiento de Sánchez Rubio, el camino hacia la lucha por la sanidad pública se aclara. En sus primeros días ya se ha preocupado de buscar apoyos afirmando que hay que consolidar y garantizar la salud pública, un “pilar” del Estado bienestar, para que sea “un derecho en un momento en que hay situaciones que la están poniendo en riesgo”.
El nuevo PSOE puede encontrar un buen apoyo en el discurso del presidente de la Organización Médica Colegial, Juan José Rodríguez Sendín, que hace pocas fechas, junto con Francisco José Martínez Amo, presidente del Consejo Andaluz de Colegios de Médicos, anunció un frente común en defensa de la sanidad pública.
..Alfonso González
