El ébola se lleva la vida de Miguel Pajares y acaba con la polémica

El cuerpo del sacerdote español infectado por el virus ébola, Miguel Pajares, ha sido incinerado siguiendo el protocolo una vez que falleció ayer martes en el Hospital Carlos III de Madrid tras haber sufrido un empeoramiento en la noche del lunes al martes.

El protocolo, además de a incineración, marca que no se le puede hacer autopsia, ni velar el cuerpo. Además el ataúd con sus restos mortales ha sido sellado con una cinta de zinc, y el cuerpo se ha introducido en un sudario especial. Los expertos confirman que los cuerpos contagiados tienen una elevada carga viral.

La muerte por el virus del ébola se produce por un ‘shock’ hipovolémico y un fallo multiorgánico al que acompaña una diseminación de coágulos por todo el sistema vascular, afectando especialmente al hígado, según ha informado el jefe del servicio de Microbiología e Inmunología del Hospital Clínico Universitario de Valladolid, Raúl Ortiz de Lejarazu Leonardo. “La muerte por el ébola es un cuadro que a veces resulta similar al ‘shock séptico“, ha apostillado, para recordar que los síntomas de la enfermedad empiezan con fiebre brusca, escalofríos, dolores de cabeza, mialgias, náuseas y vómitos, dolor abdominal, diarrea, dolor torácico, tos y faringitis.

La polémica de los costes de su trasladado y tratamiento ha sido fuerte porque ha sido la propia Administración central quien los ha soportado con la oposición de algunos de los defensores de la sanidad pública que no estaban de acuerdo con esta decisión, pidiendo que fuera su congregación quien cubriera dichos costes, y dando a entender que la sanidad pública no es para todos si los costes son muy altos como en este caso.

Más de un millar de muertos
El número de muertos por el virus ébola ya ha superado el millar, con 1.013 fallecimientos y 1.848 casos registrados, según el último balance de la Organización Mundial de la Salud (OMS) actualizado al lunes.

A pesar de que se ha empezado a extender el uso del suero experimental Zmapp de la empresa californiana Mapp Biopharmaceutical, el sacerdote español ha muerto y no se podrá estudiar su eficacia y efectos adversos para “prevenir” y atajar el actual brote de ébola.

Para la propia OMS, dada la gravedad del brote, existe una obligación moral de emplear estos medicamentos experimentales recopilando y compartiendo todos los datos sobre su tratamiento y efectos.
..Lola Granada

Opinión

Multimedia

Economía

Accede a iSanidad

Síguenos en