La despersonalización en la medicina

Hace unos días, en el transcurso de una guardia médica, recibí un aviso en el busca. Llamé al número que aparecía en la pantalla y me identifiqué:

-“Soy el Dr. Cebrián, el cirujano maxilofacial de guardia, ¿con quién hablo?”
– “Soy el médico de guardia”, me contestó una voz masculina.
-“Sí, pero quién eres “, le pregunté.
– “El médico de la consulta número 2, que quiero que veas a una paciente”.

Era evidente que no quería decirme su nombre. Bajé a urgencias, vi a la paciente y le puse tratamiento.
Pocos días después acudió a mi consulta otro paciente que había sido intervenido de una patología grave. Durante la anamnesis, le pregunté por su cirujano, y me dijo que no sabía el nombre, que cada día le veía un médico distinto en la planta de hospitalización y que nadie se identificó como su cirujano.

Estos dos acontecimientos, que pueden parecer inconexos, creo tienen un contexto común: la despersonalización en la Medicina. ¿Por qué ocurre esto? Bueno, desde el punto de vista del médico, puede ser una expresión de la Medicina defensiva, pero también de una cierta falta de confianza. Está claro que si yo no me presento a mis compañeros o no le digo a alguien que le he operado o tratado me estoy quitando importancia, y es difícil que los demás me valoren.

Pero no es solo el médico. También está claro que el paciente debe exigir saber quién le ha tratado. Es la mejor forma de respetarse y respetar a quien le ha curado. Pueden ser sólo anécdotas, pero creo que van más allá.

La última situación que me sucedió en estos últimos días y que me decidió a escribir este texto, fue mi entrevista con un paciente que acudió a mi consulta a pedir una segunda opinión tras un procedimiento complejo odontológico. Le pregunté quien le había tratado y me dijo:
-“Cada día me ha visto un chico/a”.
-“Pero ¿cómo dice usted eso?, será que cada día le ve un doctor/a.” Le pregunté.
-“No lo sé”, me dijo, “la única que me explicaba algo era la señorita de recepción”.

Hace unas semanas, en este mismo blog, ya hablaba de esta situación tan preocupante. Para este paciente su única referencia estable era la Señorita de recepción, no un médico o un odontólogo.

No sé si esto será una expresión de la tan traída y llevada la clientelización de la Medicina que se nos vendió como la Revolución en el tratamiento y gestión médica del siglo XXI, pero yo prefiero seguir tratando a pacientes. Quiero que sepan quién soy cuando les trato y quiero que lo sepan tanto cuando las cosas van bien como cuando van mal.

Es más, cuando llegue el momento y me toque ser paciente, querré saber quién me trata, e incluso intentaré elegirlo, y , por supuesto, con su nombre y sus apellidos.
..Dr. José Luis Cebrián. @CirujanoOral. blog.diagnostrum.com

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