La “polipíldora” podrá reducir un 20% el fallecimiento de las personas afectadas por cualquier tipo de insuficiencia coronaria

polipíldora-cardiovascular

Este nuevo fármaco, que combina cuatro diferentes productos, conocido de momento en todo el mundo como la “polipíldora”, está ganando cada vez más adeptos. El hecho de que el Reino Unido esté liderando un importante ensayo para demostrar su utilidad es bastante significativo. La positividad de los estudios que hasta ahora se están llevando a cabo en todo el mundo, es otra prueba más de las posibilidades clínicas que se le vaticinan.

El nuevo fármaco, que no tiene nombre específico todavía, reduce un 20% el índice de mortalidad en las personas afectadas por algún tipo de insuficiencia cardíaca.

La Dra. Marisa Crespo, responsable de la Unidad de Insuficiencia Cardíaca y Terapéutica de la Institución Coronaria y Trasplantes del Complejo Hospitalario de A Coruña, indica que “las personas con insuficiencia cardíaca, no solo vivirán más con este tratamiento sino que lo harán mejor”. Dentro de esta mejora cardíaca, continua diciendo, la mejora evitará el deterioro que produce ese especial régimen de vida tan acelrerado que muchas personas están llevando actualmente. El ictus preocupa aún más, dado que lo suelen sufrir un 41% de personas, El cáncer avanzado un 43% y los infartos, un 12%.

La Dra. Crespo, que está participando también en este ensayo internacional, destaca que los pacientes tratados con este fármaco, el LC696,- hasta que se le bautice con un nombre más comercial-, mejorarán sustancialmente su calidad de vida y se fatigarán menos, no se le hincharan tanto los pies y experimentarán menos ingresos hospitalarios.

El nuevo fármaco es como “un dos en uno”. Una especie de combinación de dos específicos; el valsartan, un superventas de los medicamentos propios del corazón y el otro, un compuesto que inhibe de una enzima llamada neprisilina.

Lo novedoso es que genera una acción dual y bloquea la activación de los sistema normohormonales dañinos propios de esta enfermedad, impidiendo la degradación de las sustancias beneficiosas naturales que protegen al corazón.

Es como una especie de cóctel en el que se mezclan cuatro fármacos muy diferentes, como la aspirina, una estatina para reducir el colesterol, un inhibidor de la enzima convertidora de angiotensina ( conocido como IECA) y un diurético. Los dos últimos empleados para disminuir la tensión arterial..

El Dr. Ginés Sanz, director de Investigación Traslacional del Centro inglés de Investigaciones Cardiovasculares ( CNIC), desde sus primeros pasos en el año 2000, explica que los proyectos diseñados para la creación de un nuevo producto con estas características, se realizan con dos diferentes objetivos o filosofías; los que preparan una pastilla para la prevención primaria, como una especie dee mezcla, a dosis muy bajas, de cuatro o seis medicamentos, que pueden darse casi indiscriminadamente a cualquier paciente, sin necesidad de ser muy seleccionado, para reducir tanto los infartos como los accidentes cardiovasculares. El segundo tipo de pastillas, que es en el que realmente está trabajando el CNIC, consiste en combinar en uno solo los otros tres o cuatro medicamentos que suele habitualmente ingerir un paciente que ya ha tenido un infarto de miocardio.

Con esta idea, continúa diciendo el Dr. Sanz, se podría lograr una mayor expectativa de la medicación. En este sentido se sabe que el 50% de los pacientes que toman aquellos medicamentos, de hecho, no se encuentran suficientemente protegidos contra esta dolencia.

Si, además, se consigue fabricar el nuevo producto con un precio bajo, suficientemente asequible, se podría alcanzar una distribución masiva para llegar con fuerza a los países menos favorecidos económicamente.

Según la OMS, 17 millones de personas fallecen cada año en el mundo por culpa de una afección cardiovascular (Ictus). De ellos, el 80% viven en países pobres. “La perspectiva en el Tercer Mundo es que la ‘pastilla’ sea administrada casi a ciegas; teniendo muy en cuenta que los primeros en recibirla deberían ser aquellos que ya han sufrido un episodio de este tipo y no pueden acceder a estos fármacos debido a su elevado precio. Una “polipíldora de estas características tiene más posibilidades de éxito en personas de riesgo, que son las que ya han sufrido un infarto” afirma el Dr. Sanz.

Los datos estadísticos de Hertfailnremartt.org son más específicos. Según sus fuentes una de cada cinco personas puede desarrollar una enfermedad en la que el corazón no consigue bombear suficiente sangre a todo el organismo, que suele ser la razón más frecuente de los reingresos hospitalarios de personas que han superado los 65 años de vida. Y una de cada cinco personas no sabe identificar adecuadamente los síntomas más frecuentes de estas enfermedades; la dificultad respiratoria, hinchazón de los tobillos, el aumento de peso y la dificultad de movimientos.

El estudio de la “polipíldora” no es un tema nuevo. Sus primeros pasos se remontan al año 2001, cuando el Instituto Carlos Slim de la Salud de América latina, con fuerte presencia en México, creó cuatro comisiones o Grupos de trabajo para el inicio de su estudio. El primero de ellos se le encomendó al Dr. Vicente Fúster de España, el 2º al Dr. Carlos Ferrario perteneciente al Grupo “Cardio-Pharma” que patentó para Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda una especie de antihipertensivo, con estatina y antiagregantes plaquetarios, para el tratamiento y prevención de las enfermedades coronarias, conocido con el nombre de “CardioPill”
..Alfonso González

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