La antesala electoral en la que están inmersos la mayoría de los gobiernos autonómicos ha dado un nuevo pistoletazo de salida en la carrera, hasta hace unos años desenfrenada, por construir más hospitales y mejor equipados. La crisis económica, junto a incontables problemas de tipo administrativo, algunos aparentemente triviales, no justifica para algunos sindicatos médicos regionales el parón que algunas de ellas han vivido durante años. Hasta el punto lógico de que han dejado de creer en sus plazos y promesas. Mientras tanto, las consejerías se apresuran a relanzar las obras a fin de llegar a la meta electoral con la ansiada foto de apertura o, al menos, con avances sustanciales que poder rentabilizar en las urnas. El nuevo hospital de Toledo es un buen ejemplo. Las empresas que aspiren a conseguir la licitación de las obras pueden presentar sus ofertas hasta finales de octubre. El consejero de Sanidad de Castilla-La Mancha, José Ignacio Echániz, reconocía este verano las dificultades para sacar adelante un proyecto con más de 11 años, lastrado por la falta de financiación. Hasta ahora se han invertido 103 millones de euros en obras y terrenos sobre una superficie de 224.000 metros cuadrados. La nueva inversión será de 157 millones. Algunos detalles como eliminar del proyecto el “azulejo portugués”, poco apropiado en un centro de este tipo, según la consejería, ha permitido ajustar las cuentas. (Gaceta Médica)