Las agudizaciones de EPOC son el quinto motivo de consulta en Atención Primaria

La adopción de medidas básicas, adaptadas específicamente a las características de cada paciente, es la mejor estrategia para evitar las agudizaciones de la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) y también para optimizar su tratamiento. En el transcurso del 36º Congreso Nacional de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), que se ha celebrado en Bilbao del 8 al 11 de octubre, se realizaron talleres prácticos que muestran los recursos actualmente disponibles para hacer frente a la EPOC.

El objetivo es ayudar a que los médicos de Atención Primaria (AP) identifiquen lo antes posible y de forma precoz los síntomas de alarma de la agudización a aquellos pacientes que presentan mayor riesgo de sufrirla, de hacer un diagnóstico diferencial y de confirmación, de clasificarlos adecuadamente en función de su gravedad y de aplicar las medidas terapéuticas necesarias, para que la resolución de los episodios sea rápida y así poder reducir la necesidad de hospitalización.

Según destaca el Dr. José Antonio Quintano, médico de Familia en el Centro de Salud de Lucena (Córdoba) y Coordinador Nacional del Grupo de Trabajo de Respiratorio de SEMERGEN, “la accesibilidad a las consultas nos sitúa en una posición inmejorable para realizar un diagnóstico precoz de la EPOC en los pacientes y de sus agudizaciones”. Para ello considera que es fundamental formar adecuadamente al médico de AP, que es el principal responsable de atender a estos pacientes. “Atención Primaria es el lugar ideal para realizar un abordaje integral de este enfermo crónico, en el que la educación sanitaria y su implicación en el autocuidado son esenciales”, añade.

Esta formación de los profesionales sigue la recomendación de la estrategia en EPOC del Sistema Nacional de Salud (SNS), que exige la puesta en marcha de iniciativas destinadas a prevenir estos eventos y a mejorar la calidad asistencial del paciente agudizado.

¿Qué son las agudizaciones?
Son episodios de inestabilidad clínica que aparecen en el curso de la EPOC, generalmente de origen infeccioso y que con cada uno de ellos el paciente sufre un deterioro de su función respiratoria y de su calidad de vida relacionada con la salud, incrementándose el riesgo de mortalidad. De hecho, se ha definido un fenotipo de EPOC (el fenotipo agudizador) que presenta frecuentes agudizaciones (dos o más al año) que se asocia con un peor pronóstico.

Las agudizaciones generan una gran carga asistencial. Según recoge la estrategia Nacional de EPOC, suponen entre el 10-12% de las consultas de Atención Primaria, entre el 1-2% de todas la vistas a urgencias y alrededor del 10% de los ingresos hospitalarios. “Se estima que los pacientes con EPOC presentan entre una y cuatro agudizaciones por año y que una de cada seis terminará en un ingreso hospitalario”, informa la Dra. Mª Dolores Aicart, médico de Familia del Centro de Salud de Rafalafena (Castellón).

Sin embargo, el grado de éxito de los tratamientos de la agudización no es aún óptimo, y es que como explica el Dr. José Antonio Quintano, “la tasa de fracaso en el tratamiento ambulatorio de las exacerbaciones de EPOC oscila entre el 15 y el 26%”. Para Quintano, esta tasa de fracaso la describe como un empeoramiento de síntomas que ocurre durante la propia agudización, por lo que precisa  un nuevo tratamiento adicional de antibióticos o la valoración hospitalaria.

También el impacto económico que supone la EPOC es evidente, ya que casi el 60% del coste global de la enfermedad está relacionado con los episodios de agudización, especialmente cuando estos requieren un ingreso hospitalario.  Además, explica la Dra. Mª Dolores Aicart, “se trata de una enfermedad progresiva e incapacitante, por lo que los pacientes que la sufren van a precisar numerosos cuidados que consumen un elevado número de recursos sanitarios”.

Identificar los factores de riesgo para disminuir las agudizaciones
El Coordinador Nacional del Grupo de Trabajo de Respiratorio de SEMERGEN, considera que “es indispensable la identificación de los factores de riesgo de fracaso en el tratamiento ambulatorio de la agudización de la EPOC” y es que así “permitirá la instauración de tratamientos más agresivos en estos casos y fijar un seguimiento estricto de estos pacientes”.

Actualmente, se considera que el mejor método para prevenir las agudizaciones de EPOC consiste en un correcto tratamiento basal de la enfermedad. En este sentido, el Dr. José Antonio Quintano afirma que “resulta de gran relevancia la lucha contra el tabaquismo, la vacunación antigripal y antineumocócica, y el tratamiento farmacológico personalizado basado en los fenotipos”.

Un tratamiento farmacológico que son los fármacos de elección (broncodilatadores de larga duración, como el tiotropio y sus combinaciones, o la asociación de corticoides inhalados o el roflumilast). Generalmente son capaces de reducir el número de agudizaciones, y actualmente se sigue investigando sobre los efectos de cada uno de ellos o sus combinaciones.

Por otro lado, la rehabilitación respiratoria, la actividad física, la educación sanitaria y el control de otras patologías concomitantes son medidas útiles para reducir el impacto de la agudización. Posiblemente, indica la Dra. Mª Dolores Aicart, “una combinación de todas estas estrategias adaptadas a las características de cada paciente nos ayudaría a la disminución de las agudizaciones”.

La EPOC es el quinto motivo de consulta en Atención Primaria
Es un problema de salud pública de enorme y creciente importancia debido a su alta prevalencia, elevada mortalidad y morbilidad y significativos costes socioeconómicos, y es que esa es la carta de presentación de la EPOC.

La prevalencia en España, según datos del estudio EPI-SCAN, es del 10,2%, (15,1% en varones y 5,7% en mujeres) de la población entre 40 y 80 años. Suponiendo que es el quinto motivo de consulta en AP (de media, visitará a un médico de Atención Primaria 5-6 veces por año). La mortalidad también es elevada, y es que ya es la tercera causa de muerte en el mundo, después de la cardiopatía isquémica y los accidentes cerebrovasculares.

Alrededor del 70% de los pacientes que la sufren no están diagnosticados, por lo que cuando se inicia el tratamiento la enfermedad se encuentra habitualmente en fases avanzadas, lo que empeora sobremanera su pronóstico. Se recomienda la realización de la espirometría a los pacientes en situación de riesgo (como los fumadores con síntomas respiratorios), pues permite la detección de la enfermedad en etapas en las que los síntomas todavía no son evidentes.
..Emilio Ramírez

 

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