Cambios en el protocolo de actuación ante el ébola

AMYTS sigue manteniendo el seguimiento activo de los protocolos de actuación para profesionales, y ha publicado en su web (www.amyts.es) las novedades derivadas del protocolo recientemente aprobado por el Ministerio de Sanidad, coincidiendo con la intervención de la crisis del virus del Ébola por el gobierno de España. En resumen, los cambios detectados en dicho protocolo son los siguientes:

  • Se ha matizado el criterio clínico de caso: continúa siendo necesaria la conjunción de fiebre y otros síntomas, aunque el nivel de 38,6º no debe considerarse excluyente si el paciente ha tomado antitérmicos, sufre algún proceso de inmunosupresión o se encuentra en los períodos extremos de edad (ancianos y niños).
  • En el apartado de protección de las personas en contacto con pacientes sospechosos o confirmados, de especial trascendencia para los profesionales, se han incluido algunas novedades:
    • La puesta y retirada de los EPI (equipos de protección individual) de cualquier trabajador que vaya a entrar en contacto con el paciente o sus fluidos será realizada siempre bajo supervisión y, si es necesario, con ayuda. (Aspecto fundamental no recogido explícitamente en este apartado en la anterior versión del protocolo).
    • Se recomienda tener identificado el grupo sanguíneo del personal sanitario que vaya a atender a un caso confirmado y si fuera posible conocer la situación inmune frente a VIH, Hepatitis B y C
    • Se reforzará la formación, la información, la sensibilización y la supervisión, así como los procedimientos de respuesta y seguimiento. (Nos parece muy importante este aspecto, pues ha sido el aspecto más descuidado en la actuación inicial de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, a pesar de lo evidente de su necesidad, claramente recogida en esta nueva versión del protocolo).
  • En la valoración de riesgo de los contactos, también se incluyen modificaciones:
    • Se incluyen explícitamente como contactos de alto riesgo los de personal debidamente protegido pero que haya sufrido alguna incidencia durante la utilización del equipamiento de protección que pueda haber motivado su exposición a material contaminado. También se considera de alto riesgo a los contactos en una aeronave con un paciente sospechoso en caso de estar sentado en la misma fila o filas inmediatamente anterior o posterior, ser personal de la aeronave que haya atendido a dicha persona o ser trabajador de la limpieza y haber limpiado la zona en la que se encontraba el caso índice sin la adecuada protección.
    • El personal que ha atendido pacientes y ha utilizado adecuadamente y sin incidencias el equipamiento de protección continúa siendo considerado de bajo riesgo, así como las personas que, sin contacto directo, han compartido estancias cerradas en las que puedan quedar fómites de pacientes sospechosos o confirmados.
    • Parece desaparecer la figura de contactos sin riesgo, reservada previamente para situaciones similares a la última mencionada
  • También se introducen cambios en el control de contactos:
    • Los contactos de alto riesgo pasan a cuarentena domiciliaria (u otra si así se considera preciso por los servicios de Salud Pública), además de vigilancia activa de la temperatura. Si superan los 37,7ºC -tener también aquí en cuenta las situaciones que pueden interferir con la fiebre-, serán considerados casos en investigación.
    • Los contactos de bajo riesgo pasan también a estar bajo vigilancia activa, sin necesidad de cuarentena o aislamiento, pero sí de permanecer localizables. Si se superan los 37,7º (como en el caso anterior), se autoaislarán y pondrán en contacto con el sistema sanitario, siendo considerados casos en investigación.
  • El anexo IV, que recoge el esquema de actuación ante un posible caso, parece que, por error, no ha sido modificado, ya que debería incluir las modificaciones en torno a la temperatura.
  • Sigue sin quedar claro cómo se desinfecta el material de exploración (electromedicina, fonendoscopio…) para posteriores usos, ya que se habla de limpiar con agua y jabón suave.
  • En cuanto a la mecánica de colocación y retirada del EPI, sólo algunas matizaciones sobre el anterior:
    • se precisa que la bata preferentemente debe tener puños y colocarse previamente al primer par de guantes (sin quedar muy claro el por qué),
    • se elimina la mención explícita al lavado de manos una vez que se retira el guante exterior y todavía con los guantes interiores (aunque se añade en una nota al pie que, en caso de que la parte posterior del EPI pueda estar contaminada, o que haya que manipularlo por la parte anterior para desabrocharlo, sería necesario colocar un nuevo par de guantes para evitar la contaminación de los interiores en la retirada del resto del equipamiento),
    • y se insiste en la necesidad de calzas impermeables hasta las rodillas en caso de alto riesgo de exposición a fluidos del paciente.

Opinión

Multimedia

Especiales

Atención primaria

Sanidad privada

iSanidadental

Anuario

Accede a iSanidad

Síguenos en