Según datos del grupo europeo de la OMS sobre Salud y Prisión, en la actualidad cada año se encarcelan unos seis millones de personas. La mayoría de las personas privadas de su libertad abandonan la prisión a los diez meses de su internamiento. Entre esta población, las enfermedades más comunes son los trastornos mentales (40 por ciento), al igual que en España, seguido de las enfermedades cardiovasculares. Debido a la sobrepoblación que hay en algunas cárceles europeas, unido a la desnutrición, el índice de tuberculosis es hasta 84 veces superior que en la población general; los casos de VIH y Hepatitis C también son muy superiores (diez por ciento entre los hombres y 33 por ciento entre las mujeres); y presentan siete veces más de probabilidad de cometer un suicidio, siendo los jóvenes 18 veces más vulnerables. Aunque también tienen una prevalencia elevada las enfermedades infecciosas así como la dependencia al alcohol y a las drogas, que están más extendidos dentro de los centros penitenciarios que en la comunidad general. (El Médico Interactivo)