“Por primera vez en la Historia, el primer asesino mundial de niños no es una enfermedad infecciosa, sino el nacimiento prematuro”. Así comienza el editorial que firman en el último número de Science Translational Medicine Joy Lawn, directora del Centro del Centro March de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, y Mary Kinney, especialista en comunicación de la organización Save the Children. Las autoras del artículo se hacen eco del análisis de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre la mortalidad infantil entre 2000 y 2013 en 194 países que se publicó en The Lancet el lunes, Día Mundial de la Prematuridad. Decesos neonatales. El informe revela que las complicaciones directas de los nacimientos prematuros provocaron 965.000 muertes durante el periodo neonatal y otras 125.000 entre un mes y cinco años de edad. Lógicamente, las enfermedades infecciosas siguen jugando un papel muy importante, pero la lucha contra ellas parece haber dado sus frutos. En cuanto a las causas del cambio epidemiológico, las expertas creen que se trata de una cuestión multifactorial. La prematuridad sigue creciendo en todo el mundo. (Diario Médico)